Opinión

El gran geriátrico llamado Ourense

Desertización es la palabra que mejor define la realidad de decenas de concellos ourensanos y lo que nos está derivando a ser únicamente un gran geriátrico temático, gracias a la ineptitud de los que dicen ser "cargos públicos" y a los que únicamente vemos en todas las fiestas y romerías habidas y por haber, para eso sí.

Todos los datos, estudios o informes de organismos públicos o privados, universidades locales o foráneas lo tienen claro con nosotros: los ourensanos estamos a un paso de ser una especie en extinción. Ourense necesita un medio rural del siglo XXI con planes de choque económicos de envergadura, si no quiere ver como una buena parte de su territorio se convierte en un desierto demográfico como consecuencia de la falta de oportunidades económicas y laborales.

El olvido y el daño en las últimas décadas ha sido brutal hacia nuestro Ourense. Desde entonces, Galicia ha perdido el 90% de los trabajadores agrarios con los que contaba, al pasar de los 415.100 ocupados de 1985 a los 41.600 registrados en 2018. Y en nuestro Ourense esta situación se agrava aún más con el cierre continuado de todo tipo de explotaciones ganaderas y agrícolas que está derivando a un fin de nuestro rural que todos vemos pero muy pocos admitimos. A este descomunal problema hay que añadirle un envejecimiento de la población y despoblamiento brutal, al que las administraciones siguen sin saber hacerle frente.

Las políticas y planificaciones forestales han sido erróneas en un contexto de abandono del rural y lo peor es que se sigue incidiendo una y otra vez en los mismos errores. Y lo vemos en las cifras de nuestra provincia, donde hay registrados 2.599 núcleos de población, 1.185 núcleos diseminados y 3.690 entidades singulares o aldeas repartidas por 916 parroquias. De esas 3.690 aldeas, casi 2.000 tienen ya menos de 12 habitantes y aún dentro de este último grupo hay 300 aldeas con entre uno y dos habitantes; eso sin contar las 276 que figuran como vacías. A mayores, Ourense encabeza el ranking de provincias españolas con mayor porcentaje de viviendas vacías, con un 24,7 por ciento de las viviendas de la provincia. Este porcentaje casi triplica la media española, del 11,6%, y se aleja bastante del autónomico, que se sitúa en el 18,6 por ciento. Y después algunos hablan de fijar población en nuestro rural, bueno, sin más comentarios.

Y seguimos, en el Ourense de la renta per cápita más baja de todo el estado y donde nuestros hijos tienen que buscarse su oportunidad laboral fuera de su hogar familiar por falta de empleo de calidad y estable en su localidad de origen. Y baste este durísimo dato: En 2012 había 41.700 jóvenes en nuestra provincia y a día de hoy quedan 34.200. 7.500 jóvenes menos que se nos han ido por la falta de oportunidades laborales que le permitiesen realizar sus vidas donde han nacido. Estamos hablando de nuestros hijos e hijas, de vuestros nietos los que ya sois abuelos, de ourensanos y ourensanas de menos de 29 años. Duro el dato, ¿verdad? Y ¿qué estan haciendo nuestros responsables públicos para ponerle solución? Pues irse a la carrera de vacaciones a cuenta de nuestros impuestos con los que les pagamos sus muy elevadas retribuciones salariales,así de cristalino, dejando atrás los serios problemas de Ourense y los ourensanos.

Ourense tiene muy serios problemas; necesita gente seria que los solucione; necesita personas con principios, valores y capacidad de resolución. Y lo que jamás debe volver consentir es, que los estómagos agradecidos, incompetentes y palmeros varios, sigan mal gestionando nuestro futuro. Así de claro!

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