Opinión

+ impuestos = - empleo

Montoro ha dicho que no va subir el IVA (aunque endurecerá el control de la liquidación del mismo), ni el IRPF, de momento, y parece que todos nos damos por satisfechos. Pues yo no, porque lo que esperaba oír era lo contrario, una bajada de impuestos de cómo mínimo tres puntos en el IVA, ¿o alguien sigue creyendo soportable un IVA de un 21% y un 10% en alimentación y vivienda? Pues personalmente, este que escribe, no. Además nos trasmite también que se está pensando incrementar el impuesto de sociedades; pues bien, en este apartado le quiero recordar al Sr. Montoro que tal medida afectaría de lleno a que las pequeñas y mediadas empresas frenasen en seco la contratación de nuevos empleos, ¿o alguien cree que los beneficios en una actividad económica son tan bondadosos que nos permiten hacer frente a todo lo que se le ocurra al ministro de Hacienda de turno? Y ya para rizar el rizo, nos manifiesta que se está pensando qué impuestos especiales va a incrementar. Y aquí recuerdo que si se intenta subir un gravado ya impuesto sobre los hidrocarburos (gasolina y gas-oil), tal medida tendría un impacto que afectaría a todas las economías familiares, penalizando nuevamente el consumo y ahogando, aún más, a las economías domésticas y empresariales más frágiles. Una vez más, se opta por la alternativa más fácil, la de incrementar la vía recaudatoria en vez de practicar y poner en marcha planes estructurales que ayuden a recuperar el estado del bienestar de las personas. Sinceramente, no han aprendido nada de nada de toda una década de despropósitos y errores. Se sigue copiando al milímetro las simples lineas económicas feudales de la Edad Media, o lo que es lo mismo, abrasar a la sociedad vía impuestos más allá del límite. 

Seguimos igual, tan igual que hasta el ministro de Hacienda es el mismo que en los últimos cinco años anteriores, así es imposible salir de este laberinto en el que nos han metido y en el que, digan lo que digan, todavía no se ha salido. Otra cosa es que nos hayamos acostumbrado o resignado al día a día de una situación de la que no nos sacan. Pero como es habitual me voy a los datos, y esta vez a los de la propia Agencia Tributaria, y así compruebo como en su estadística sobre el Mercado de Trabajo se refleja que el 34,3% de los asalariados perciben ingresos salariales iguales o inferiores al salario mínimo interprofesional, o lo que es lo mismo, cobrar menos de 6.791 euros anuales. ¿Alguien piensa que con este dato se pueden aumentar a día de hoy la carga fiscal a familias y pymes en este país? Pero ¿qué pretenden?, ¿ensanchar aún más la brecha de la desigualdad social? En fin, como decía la canción, la vida sigue igual. Tan igual como los anuncios de la llegada del AVE, que a día de hoy siguen siendo un espejismo (ahora ya es en el 2020) o los presupuestos municipales que nunca se aprueban, o un PXOM que ni los más mayores del lugar recuerdan ya lo que significa disfrutar de seguridad jurídica urbanística en mi ciudad, Ourense, con todo lo que ello conlleva, pero eso sí, los selfies que no falten. La frivolidad no gestiona un ayuntamiento y la práctica del buenismo es efímera. Puede que algún día, pero con otras personas al frente, se pueda involucionar este ciclo negativo e hipócrita que no tiene fin y que está arrojando a toda una ciudad hacia la marginalidad económica, social y demográfica más absoluta. Lo iremos viendo.

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