Qué es lo que prima para un representante público ourensano? ¿La defensa de los intereses de su ciudad y sus vecinos, o los intereses estatales de su partido político? Pues para casi todos, esto último, dejando así a la coherencia y a los intereses legítimos de los ourensanos a los pies de la nada, como siempre. Vaya cargo de conciencia el de estos individuos, los cuales sinceramente, solo me producen vergüenza ajena. Por esto mismo tengo que decir que la futura estación será una infraestructura histórica, de esas que dejan marca en una ciudad y que conllevaría la mayor transformación urbana en las últimas décadas. El debate en torno a alternativas es sano, pero aceptar una versión low cost demostraría que nos toman por ingenuos, como han venido haciendo durante décadas.
Sin duda, la nueva estación representará un abanico de oportunidades para construir ciudad y para un cambio espectacular en el barrio de A Ponte. Ahora más que nunca, Ourense necesita líderes capaces de dejar a un lado las siglas de partido y que sepan defender una infraestructura digna y ambiciosa para la tercera ciudad de Galicia. Y todo ello asumiendo que al Ministerio de Fomento sólo le interesa su infraestructura ferroviaria, por lo que debería ser el ayuntamiento quien liderase esta transformación histórica de la ciudad. Los grupos municipales tienen una oportunidad para demostrar a los vecinos su capacidad real de diálogo constructivo y para, junto con los vecinos de A Ponte, elaborar de forma consensuada un plan de reordenación de los usos en esa zona.
Pero cambiemos de tercio, y me vuelvo al despropósito del destructivo empeño del actual Gobierno de la nación de incrementar las cotizaciones al colectivo autónomo. Empiezo manifestando mi no rotundo a un incremento de las cotizaciones, al igual que el 81,2% de los autónomos, los cuales también se oponen a que les suban las cotizaciones en 2019, como pretende el Gobierno, y así lo refleja una encuesta recientemente realizada por la organización de autónomos ATA. Baste un dato del INE para aportar claridad: en Galicia, las ventas al por menor disminuyen un 3,4%, 0,3 puntos más que en el conjunto del país. Y un 3,7% en la comparativa interanual. Desglosando los datos, vemos como las ventas en alimentación disminuyen un 2,2%, y un 4,8% en el resto de sectores. ¿Entendemos ahora el impacto brutal en destrucción de empleo que tendría el incrementar las cotizaciones y la carga fiscal en las actividades económicas en general? Pues más claro no lo puedo escribir, señores del bipartito PSOE/Podemos. En fin, qué gran país el nuestro y qué tropa tenemos al frente.
