Opinión

Las pensiones a subasta

La subida de las pensiones no es un regalo a nadie, ni tampoco una subasta de lonja. Y digo esto porque el mercadeo repulsivo de que fueron objeto el pasado miércoles en su debate en el Congreso de los Diputados por los que dicen ser nuestros representantes públicos, fue abominable y dejó nítido el bajo perfil de los que allí estaban. Las pensiones no son, ni deben ser, moneda de cambio de ningún presupuesto general. Y lo que sí queremos la sociedad son soluciones, como que las pensiones se equiparen al IPC y como que se baje el IRPF a las rentas de menos de 18.000 euros, para que los pensionistas puedan llegar a fin de mes. Y si en este país se hubiese apostado e impulsado el empleo de calidad y estable, una parte del problema no existirá, se diga o no. Y añadiendo que la reforma cuya aplicación está pendiente desde enero del 2012 instaba ya al Gobierno de la nación a aumentar la base reguladora desde el 52% hasta el 60%, a un ritmo de un punto porcentual anual.

Y la puntilla final la acaba de poner recientemente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que ha dictaminado que es posible cobrar a la vez un complemento de pensión por incapacidad permanente total y la pensión de jubilación de países diferentes, y que la norma española que prevé la suspensión del complemento cuando se percibe la pensión de otro país no se ajusta a priori a la norma europea y que recoge la reivindicación del colectivo de pensionistas emigrantes retornados en Galicia. En fin, todo un despropósito, como nos tienen ya acostumbrados la peor clase política jamás conocida.

Pero este no es el único episodio lamentable de nuestra pésima clase política, ya que el debate vivido sobre la prisión permanente revisable -la cual apoyo sin paliativos- fue objeto de un bochornoso y vergonzoso debate el pasado jueves en el Congreso de los Diputados, con el añadido de que estaban presentes los familiares de muchas víctimas, los cuales estarían perplejos de lo que allí estaban escuchando. Lo que me lleva a decir que esta legislatura, y los personajes que dicen representarnos, ya no da para más. 

Y para rematar todo esta semana patética, veo con vergüenza ajena cómo dos partidos políticos, Partido Popular y Ciudadanos, relegan a Galicia a ser una autonomía de ultima fila al impedir que se debata en el Congreso la transferencia de la AP-9, marginando así a Galicia de lo que podría ser un ahorro considerable por una movilidad laboral creciente en nuestra comunidad. Más de lo mismo, al igual que el inexistente transporte metropolitano en nuestra ciudad y los ayuntamientos limítrofes y que supondría un ahorro considerable a los más de nueve mil ourensanos que trabajan en los polígonos industriales. ¿Son estos politiquillos baratos los que dicen defender el interés general de la sociedad? Pienso que no, y creo que usted lector piensa lo mismo. Pues como no reaccionemos y defendamos lo nuestro nadie lo va hacer por nosotros. 

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