Opinión

Sí, a la ley de implantación empresarial

Sin paliativos, sí a la futura ley de fomento de implantación empresarial, por supuesto que sí, y es lo que llevo defendiendo en los últimos años y desde el conocimiento directo, y porque es de sentido común en una economía de libre mercado flexibilizar y reducir burocracia para ganar competitividad. Solo voy dar un dato, el del INE de la semana pasada, el cual nos dice que la constitución de nuevas sociedades mercantiles bajó en Galicia un 26,3% en julio respecto al mismo mes de 2016. De este modo, Galicia acumula un retroceso mayor que la media española (-9,4%). ¿Lo entendemos ahora? Pero no sólo llega flexibilizar y reducir. Estas medidas deben ir acordes también a incrementos salariales. Sin incrementos salariales no habrá solidez en ninguna recuperación económica. Según la última encuesta de estructura salarial, los sueldos de entrada al mercado laboral han descendido un 4,2%. Aunque es el tramo de los sueldos más bajos donde se disparan las diferencias con un 24%. Y si nos remontamos al inicio de la crisis, los salarios más bajos acumulan una caída del 30%. Estos datos están ratificados con el último informe del Banco de España, en que textualmente nos dice que se aprecia una brecha salarial negativa de los nuevos entrantes de alrededor del 24% en el periodo 2006-2015. Y precisamente este es el principal motivo de la pérdida de poder adquisitivo de las familias, hasta situarnos, y según Eurostat, con los mismos sueldos netos en este año 2017 que en la comparativa con el 2010, es decir, una media de retribuciones netas de 980 euros y liderando la pérdida de poder adquisitivo de toda la Unión Europea.

Por lo tanto: sí, a fomentar la venta de suelo industrial en la situación más ventajosa posible. Sí a la creación de un censo de suelo industrial. Sí a apoyar los incentivos a empresas para que los ayuntamientos reduzcan los impuestos para conseguir una implantación empresarial satisfactoria para todas las partes como generadores de empleo de calidad y estable que es lo que todos queremos. Y esto no es un cheque en blanco a nadie, no lo es, sino el marco regulatorio por el cual ya no hay excusas posibles para poder modernizar y competir en igualdad de condiciones con los demás. 

En definitiva, aún queda mucho por hacer y actualizar, por lo que siempre estaré y defenderé aquellas actuaciones, vengan de donde vengan, que sean coherentes y eficientes dentro de los parámetros de una economía liberal con la que me identifico, y donde se prime el interés general. Todo lo contrario de la incoherencia inexistente con nuestra provincia en relación con unos Presupuestos generales del Estado que a tres meses de finalizar el año, ni se han ejecutado en su totalidad, ni se van ejecutar. Ya no son tolerables anuncios a bombo y platillo que se incumplen una y otra vez con nuestra provincia. ¿Dónde están los planes de choque económicos para Ourense que contribuyan a generar y fortalecer a las empresas como generadoras de empleo estable y de calidad? Pues por esta misma razón y ante la parálisis de algunos, respaldó la ley de fomento empresarial como herramienta válida para, por lo menos intentar involucionar nuestra decadente situación económica y demográfica.

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