Opinión

Las miserias del proceso independentista

Waterloo, a 30 kilómetros al sur de Bruselas. Mansión de lujo de 550 metros, seis habitaciones, jardín y tres salas de baño con sauna. Situado en la calle del Avocat, el domicilio cuenta también con cocina equipada, garaje para cuatro coches y terraza de 100 metros cuadrados. Precio alquiler: 4.400 euros. Pues no, este no es un anuncio para alquilar esta edificación noble. Este es el coste y la nueva residencia del prófugo de la Justicia, el independentista radical Carles Puigdemont. El mismo que solo piensa en el bienestar y el futuro del pueblo catalán. El que, mientras Cataluña se hunde lentamente en los indicadores económicos, solo pensaba en crear su propio ejército de 22.000 efectivos. El mismo iluminado tocado por la mano del creador que antepone su nombramiento por encima del caos total que se vive en su comunidad histórica. Primero yo, después yo y siempre yo, es su único lema en el discurso separatista de este elemento y de los sus ya muy poquitos acólitos. Puigdemont políticamente ya ha llegado a su final, y ahora está muy cerca de iniciar su periplo judicial, del cual intuyo que le va llevar de su residencia de lujo de 500 metros a otra de 8 metros cuadrados con baño incorporado y con vistas al patio de la prisión. 

Y mientras, ¿a qué se dedican sus socios del PDeCAT, la CUP y ERC? Pues esos están muy ocupados en laminarse los unos a los otros en la defensa de sus cuotas de poder. ¿Y estos son los que iban a gestionar Cataluña y los impuestos de los catalanes?

Y para que nos quede cristalino cuánto nos está costando este desaguisado separatista al conjunto de los españoles y en especial a los catalanes, pues me remito a los últimos datos del informe económico del BBVA, los cuales nos dicen que, en empleos, suponen 35.000 puestos de trabajo menos en Cataluña y elevan a 3.000 millones de euros el coste para el conjunto del Estado. De los cuales el montante a asumir sólo para la comunidad autónoma catalana sería de más de 2.000 millones de euros. Esto, a día de hoy, es lo que nos cuesta a todos el circo mediático y vergonzoso, montado allí por los llamados "independentistas", en los que hay que incluir las vacaciones de lujo pagadas por todos al Puigdemont de marras.

¿Es este el país que queremos para nuestros hijos? Pienso que no… pues pongamos fin a este lamentable episodio nacional porque ya no es digerible para nadie. Espero que nuestro sistema judicial sea ágil y contundente para finiquitar legalmente y dentro del marco constitucional a los que obvian los problemas de las personas y solo se preocupan de sus pequeños y virtuales reinos de Taifas.

Y finalizó con la "España va bien" del Sr.Rajoy, recordándole que los últimos datos de desempleo de enero nos dejan 63.747 personas más sin trabajo y con una pérdida de cotizantes a la Seguridad Social de 178.170 personas, casi nada. Pero aún peor ha sido en nuestra Galicia, donde se incrementó el paro en 4.873 personas, lo que supone una subida del 2,63% ,por encima de la media estatal. Estos son los verdaderos problemas de la gente, y lo demás son los problemas que nos causan la peor clase política nunca jamás conocida.

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