Opinión

Lo que los presupuestos se llevaron

Se llevaron, de entrada, el intento del señor Sánchez -el del Falcón- de permanecer de presidente de un país y de intentar gobernar nuestra nación sin haber pasado por las urnas. ¿Era un gobierno legítimo? Sí, lo era, pero éticamente antidemocrático y antinatura. 

España necesita moderación, acuerdos, ambición y una nueva hornada de políticos que pongan fin a políticos profesionales vitalicios que a día de hoy solo representan a sus propios y exclusivos intereses, nada más. Ellos forman parte del problema y jamás serán la solución a nada. 

España necesitaba pasar por las urnas para que los españoles tengamos la oportunidad de manifestar qué es lo que queremos y cómo lo queremos. Y para nuestra provincia, Ourense, necesitamos a los mejores, por lo que espero que el abanico de partidos que opten a representarnos dejen a un lado a sus palmeros y vividores de lo público y opten por perfiles de hombres y mujeres con valía contrastada y conocimiento de nuestros muchos y graves problemas. Hay mucho hastío, cansancio y rechazo hacia la política y los políticos. Y es que Ourense tiene problemas muy serios, y necesita personas serias y comprometidas. 

Pero no soy un iluso, con lo cual sé que los estómagos agradecidos, fracasados en el sector privado en busca de su plato de lentejas, y un abanico considerable de abrazafarolas varios, comprondrán una buena parte de las candidaturas de los partidos políticos que aspiren a representarnos. En fin, me cuesta no ser escéptico con todo lo que hemos vivido, políticamente hablando, en las últimas dos décadas y sobremanera en los últimos años. Y digo esto porque la pobreza legislativa no ha sido solo cuantitativa, sino también cualitativa. España no puede seguir con intentos de reformas estructurales que naufragan o se quedan a medio camino. La incertidumbre que ha generado el Gobierno entre los inversores por los anuncios de subidas de impuestos o de cambios regulatorios en sectores como el inmobiliario ha tenido un claro efecto para desacelerar el PIB, y esto ha producido una nítida desaceleración económica y un frenazo de una recuperación que no se consolida. Y así se puede contrastar con un aumento considerable del desempleo en este 2019, o en las más de 300 iniciativas legislativas en trámite que se diluirán como un azucarillo en un café. 

En definitiva, no me cansaré de decir que la incertidumbre y la provisionalidad son los peores enemigos del crecimiento económico y la ansiada recuperación de nuestra calidad de vida en un marco donde una de cada dos familias españolas llegan con dificultades a fin de mes. 

Los españoles solo queremos estabilidad y acuerdos que persigan únicamente el interés general y la unidad territorial de nuestro país, aunque sé que está vez el próximo ejecutivo estará formado por dos o tres formaciones políticas, a los que ya le pido entendimiento y flexibilidad. Lo iremos viendo.

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