Opinión

¿Qué quieren hacer con este país?

Mejor dicho: ¿a qué abismo político, social y económico pretenden arrastrarnos la extrema izquierda radical independentista de este país? No sé lo que va pasar el día 1 de octubre. Ni tampoco sé los acontecimientos que se van desarrollar a partir de ese día, pero lo que sí me aventuro a decir es que, pase lo que pase, la cosa no pinta nada bien para nadie. Tanto esfuerzo de familias, pensionistas, empleados y empresas en salir a flote en un océano de crisis galopante para que ahora un puñado de iluminados nos intente abrir otra vía de agua con el único propósito de hundir este barco llamado España. O ¿alguien piensa a estas alturas, que la factura de este brutal desaguisado histórico, no la vamos pagar los 47 millones de almas que aquí vivimos?

Y el problema lo agravan aún más la falta de valentía y criterio propio, la mediocridad y ambigüedad de los actuales políticos que llevan las riendas de los principales partidos nacionales, ese sí que es un motivo por el cual todos deberíamos estar más que preocupados. Unos que dicen que España no solo es un estado donde se organizan las distintas naciones, sino también una nación, con lo que tendría la consideración “nación de naciones”, eso es lo que dicen. Otros, que en cenas secretas con el señor Junqueras, presuntamente pactan apoyos para romper la unidad del Estado a cambio de un poco de poder, aunque sea envenenado y efímero. Los otros, que amagan y amagan con decir y hacer algo pero que al final tragan con todo lo que le echen siendo -no vaya ser que se le derrumbe su frágil castillo de naipes-, cómplices de tanto desatino. Y mientras, el de siempre, esperando hasta el último suspiro -fumándose un puro supongo-, porque no se ha atrevido, en su momento, a dar una respuesta contundente, y como de costumbre -la suya-, observando en los últimos años cómo el problema crecía y crecía, y rezando ahora para que escampe el solo, patético. ¡Vaya camarote de los hermanos Marx tenemos al frente de nuestra España!

Y ¿cómo está el escenario ahora? Pues totalmente tensionado, socialmente, políticamente y económicamente -y que lo estará aún más según se acerque el día-, con la aprobación el miércoles anterior de la ley de ruptura en el vergonzoso pleno totalitario y dictatorial celebrado en la cámara autonómica catalana y tras pedir JxSí y la CUP un cambio en el orden del día del plenario para incluir el debate y votación de esta norma.

Y ¿qué podemos hacer? Pues como simples sufridores que somos, desear que algunos de los de ahí arriba recobren el sentido común y el sentido de estado y nos devuelvan lo antes posible la normalidad y la tranquilidad que creo que todos deseamos. Aunque siendo realistas, creo que lo único que podemos esperar es confiar en la actuación del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo para asegurar los derechos reconocidos en la Constitución y en las leyes. No nos queda otra.

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