Opinión

¿Es de la ACB el COB?

Sí, pero con matices. Lo es por los resultados deportivos logrados en la campaña 14/15. Lo es por haber cumplido con todas y cada uno de las exigencias económicas: 3.000.000,00 de euros, ¡ahí es nada! Incluso la propia Asociación de Clubes reconoció que la cuota participativa abonada en aquel primer ascenso de la temporada 1989/90 se haya revalorizado hasta los 1.400.000 euros actuales. Todo esto avala el sueño ourensano.


¿Es de la ACB el COB? Así parecía ser hasta que surgió el dictamen contrario a los intereses ourensanos por parte de la Comisión Delegada de la ACB que no solo ponía en entredicho la situación económica del COB en pasadas temporadas si no que también desatendía las indicaciones del auditor que hacía constar el compromiso institucional en la persona del presidente de la Diputación, Manuel Baltar, en oficializar la cesión de los derechos de utilización del Pazo por parte del COB una vez celebrado el primer pleno tras la constitución del organismo provincial, como así sucedió.


Nada distinto, por otra parte, a lo que se había hecho en ocasiones precedentes y que de igual modo contabilizan el resto de clubes en sus balances.
Actuación ourensana hasta el punto suficiente, según parecía. El descendido Fuenlabrada no cuestiona ni resultados deportivos ni cumplimiento económico del conjunto ourensano, si no haber presentado la documentación fuera de fecha (límite un 14 de julio que por ser fin de semana en cualquier proceso administrativo se traslada al primer día hábil siguiente) como posible elemento excluyente sin otro tipo de consideración o exposición de valores propios que puedan avalar la repesca de quien señala y no parece entender de resultados en la cancha.  
Un embrollo en el que tuvo mucho que ver la voluntad beatificadora de la ACB a quien el conjunto fuenlabreño dirige sus jaculatorias y publicita la prensa local (que siendo de Madrid no es distinta), en su celeridad por repescar a Fuenlabrada y Guipúzcoa. 


Al COB se le pide calma. Que otra cosa puede hacer. Y como lo 'salomónico' parece ser lo más posible a uno le viene a la memoria el relato de aquella anciana a su hija en 'El curiosos caso de Benjamín Button', sobre un relojero invidente que en el proceso de construcción de un reloj para la estación de trenes de Nueva Orleans recibe la noticia del fallecimiento de su único hijo en la guerra y diseña el reloj para que sus manecillas giren en dirección contraria en señal de retroceder el tiempo y traer de vuelta a todos los caídos en la Primera Guerra Mundial. Esto ocurría en 1918. Aquí, en 2015, sería volver a un Pazo a tope en un emotivo quinto partido de play off ante el Breogán y un público entregado al grito de "que sí, joder, que vamos ascender". ¡Y ascendimos! Así la ACB la próxima temporada debiera contar con 19 equipos.


Eso, o 'una buena propina', que diría un buen amigo mío residente en México durante muchos años. Siempre -puntualiza- tiene que ser un amigo. No olvidemos que el veto a la inscripción del COB partió de la Comisión Delegada de la ACB presidida por el actual mandatario del Obradoiro.
Decía Castelao que nuestra galleguidad proviene de la fortaleza y aunque carezcamos de voluntad ofensiva somos inexpugnables en la resistencia, y en este caso, sin ser la solución, es el camino marcado por los juristas y a seguir. 
La situación, la expuesta, y dos las soluciones: 19 equipos (salomónica y muy del modo de actuar hispano) o conseguir convencer al amigo y en este caso el foro es favorable a los madrileños.

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