Opinión

Arma de Chéjov

Si el arbitraje es el azar en la cancha por el resto nada que oponer al triunfo de un dominante Castelló, al que sus excesos de velocidad e individualismo le pudo provocar algún que otro "derrape" y consiguientes nervios, lo que permitía a un irresoluto COB, acercarse, lo suficiente como para alcanzarle, nunca superarle. Un Castelló, acelerado, personalizado al máximo, ánárquico...pragmático, pero, sobre todo, capaz de crear el suficiente barullo como para sorprender en el Pazo a un COB que bien puede pasar por ser uno de los conjuntos más regulares de la Liga. 

Siendo todos necesarios ante la desazón de alguno de sus jugadores, no le quedó otra a García de Vitoria que copiar de aquel principio denominado como el "Arma de Chéjov", donde cada elemento debe ser necesario e irremplazable, de lo contrario debe ser eliminado -"si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero debe de ser descolgado, si no va a ser disparado..."- otorgando su confianza, ya en el tramo final del partido, a aquellos cinco jugadores que mejor se habían conjuntado -"con prórroga o no habríamos jugado todo el tiempo con ellos, aunque se hubiesen caído"-, prescindiendo de quienes se habían quedado "colgados" de la percha del vestuario. 

Les faltó tiempo a Masters, Ott, Zamora, Watson y Rozitis para rescatar las concesiones a un rival crecido más allá de lo previsible. No fue la mejor imagen de un COB asentado entre los más fuertes por concentración y esfuerzo ni prescindir de algún jugador la mejor opción más allá de una situación puntual como pudo ser el caso.

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