Opinión

La defensa

Pasaba el Castellón por ser el mejor equipo a domicilio en toda la LEB Oro. Dinámico, anotador -el que más- y hasta espectacular en las acciones del "jugón" Brandon Garret -¿Por qué todos los jugones sonríen igual?-. Un baloncesto de salón que termina por enredar a rival y grada. Siempre y cuando ese rival se deje llevar. Lo que no ocurrió con un COB capaz de recuperar la solidaridad, de la grada también, y la ética de trabajo defensivo en el tramo decisivo del partido.


En la estética, aquellos de formación más académica, Kapelan, Ander Martínez o Max Salash -si el pivote se emplea para evitar un contrario, asegurar la pelota, evitar las ayudas...suya fue una de las jugadas del partido- fueron el sustento.


A aquellos más expertos les correspondió la decisión. Y en ese apartado el COB es de los mejores. Si no el mejor. Bienvenido el "Club Good Morning Vietnam", que exclamaría el malagrado Andrés Montes, a la irrupción de Guillermo Rejón y el 'One' Rivero, que sin presentar sus mejores números fue el timón que no tuvo el Castellón. En el consejo, guía, templanza de Rivero -¡que suerte la del Pazo!- se compensa la agitación de Rejón y en la 'dirección' de ambos el modo de actuar del equipo.


Siendo capaz Kyle Rowley de hacer valer su volumen bajo tableros, en sus alternancias con el intimidador Danny Agbelesse, este partido vino a mostrar que, a diferencia de la pasada campaña, la defensa es clave. Lo que se dice 'bajar el culo' pudo más que la maraña ofensiva del Castellón. Sin lugar a dudas el elemento diferenciador. La clave del triunfo ourensano y el camino a seguir.

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