Opinión

Hay que meterlas

Tienes que  acertar los tiros para ganar un partido de baloncesto y no lo hicimos". "Y además -continuaba Gregg Popovich tras una derrota- tienes que bajar a defender". Lo que el COB sí hizo. Hasta con brillantez, de no ser por las concesiones a la hora de cerrar el rebote, en un momento crucial del partido, quizá como tributo al esfuerzo y concentración que el rival y sus propias limitaciones le habían exigido durante muchos minutos. De esta "fatiga" acertó a sacar provecho un Oviedo, más o menos compacto, pero que sí dispone de una batería de tiradores capaz de encadenar una "ráfaga" clave en cualquier momento. 

Lo del COB fue más una cuestión de fe, reponiéndose una vez tras otra, que de un baloncesto articulado. Conoce sus limitaciones y sus conveniencias. Ahí su mérito.

Explicaba Raymond Chandler, el escritor que elevó el genero "noir" al canon de alta literatura, que "escribo cuando puedo y no escribo cuando no puedo. Siempre por la mañana. Temprano. Por la noche uno puede tener ideas muy brillantes, pero casi nunca se sostienen al amanecer". De tal modo el COB  "puede" cuando es capaz de atacar a campo abierto, sorpresivo, porque así son sus directores y "no puede" en el sosiego ante la falibilidad de sus tiradores. Sustentar sus virtudes en el tiempo, en lo que intenta concentrarse, su gran reto. "Keep pouding" es lo que que pedía Popovich a sus jugadores. Seguir insistiendo en lo que saben hacer y han practicado. Siempre buscando el mayor rendimiento grupal. Ecuación táctica muy del agrado de Gonzalo García de Vitoria.

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