Un anuncio de revista asegura que "hay rutas para realizar a bordo de un gran coche" (la marca sería publicidad). En el deporte hay pabellones que te invitan a visitarlos por su historia, aunque lleven a la nostalgia. Es el caso de un Polideportivo Pisuerga en el que, como volvió a hacer anoche, ha jugado unas cuantas veces el COB.
Es de recordar que ahí han jugado estrellas como Arvydas Sabonis, al que su maltrecho tobillo obligaba a cuidar durante un par de horas antes de cada partido el fisio del equipo, mientras la prensa lo observábamos como una parte más del espectáculo previo al partido. Estábamos hablando del mejor pívot que hayamos visto el baloncesto europeo. El brasileño Oscar Schmidt Becerra, que veía el aro como tirar al río que esta al lado; Quino Salvo, sobrado de físico (cada uno que lo entienda) para competir con los americanos; el ourensano Arturo Seara, Mike Schlegel... y una lista interminable de referencias con un deporte que no necesita presentación en esta ciudad.
Un equipo ante el que debutó en España un base capaz de anotar en dos minutos cuatro triples y liderar un parcial de 12-0. Acabaría siendo el máximo anotador de la ACB y cogiendo un coche a la carrera a la salida del Pazo tras su último partido en Ourense y para llegar a tiempo a su compromiso con la NBA. Se llama Darrel Armstrong. Algunos le llamaban el "astronauta" o "Galicia Calidade".
Muchos partidos entre dos ciudades representadas por el mismo deporte hasta llegar a celebrar el San Martiño con un Magosto a las puertas del pabellón y a costa de la afición ourensana. La victoria aquella noche fue local, pero no impidió la fiesta.
