Podríamos tomar como ejemplo al actor Leonardo DiCaprio que -como Hugh Glass/El Renacido, en la ficción- da vida a una persona luchadora, acostumbrado a superar todo tipo de contratiempos y que, ya moribundo, enterrado en vida, es abandonado a su suerte por quienes optan por huir antes que enfrentarse al peligro. Lo que, en su resurgir, es una apología a la fortaleza.
Proceder en el que puede verse reflejado ese COB capaz de superar del mejor modo y con la brillantez precisa el estado de abatimiento en que parecía haberse sumergido. Recuperar sensaciones positivas y, una vez más, capaz de sobreponerse a incertidumbres y "abandonos" -en este caso el pívot nigeriano Danny Agbelesse su hombre más 'fuerte'-. Sorpresivo. Su victoria en Palma de Mallorca, así lo fue.
Pero el deporte tiene otras variantes. Y me parece que lo manifestado por Aíto García Reneses a la hora de valorar la remontanda de su equipo, el Gran Canaria, ante el Bilbao y consiguiente clasificación para "DISPUTAR" -en todo el sentido de la palabra- la final de la Copa del Rey ante el poderosos Real Madrid, se ajusta más a lo sucedido en el Polideportivo de San Moix: "Fe. Mejorar las cosas que estábamos haciendo mal y suerte".
Recuperó la fe el COB. Fue capaz de rectificar con respecto a actitudes anteriores y tuvo ese punto de suerte que siempre es necesario para sacar adelante momento importantes de la temporada
Y, por añadidura, insistiendo en paralelismos, el determinante base canario, Albert Oliver, tuvo su alter ego en el 'One' Pedro Rivero, "clutch-Shots" para la NBA.
Especialista en tiros en el último segundo. Lo que fue el 'desconocido' Robert Horry en la NBA, hasta conseguir siete anillos de campeón con diferentes equipos.
