Opinión

LA VOZ DE LAS VÍCTIMAS

Uno no acaba de acostumbrarse a escuchar (que es algo más que oír) la voz de las víctimas del terrorismo, bien sea relatando sus dramáticas experiencias personales, bien sea planteando sus justas reivindicaciones que ellas mismas han resumido sabiamente en tres palabras tan concretas como contundentes: Memoria y Dignidad para sus seres queridos asesinados y Justicia para los asesinos.


Esto es lo que se ha vuelto a repetir, y el que escribe estas líneas fue testigo de excepción de ello, el pasado miércoles en un lugar especialmente emblemático como es el Parlamento Europeo. Allí, un grupo de víctimas del terrorismo españolas participaron en un encuentro organizado por la eurodiputada española y también víctima del terrorismo Teresa Jiménez-Becerril, que contó con la presencia en el acto inaugural del presidente de la Cámara europea, el polaco Jerzy Buzek.


Las víctimas españolas están inquietas, intranquilas, con cierto nerviosismo. No se fían de lo que pueda estar haciendo el Gobierno de Zapatero en la lucha contra ETA. Las víctimas quieren, al igual que todos los españoles, el final de la banda terrorista que más daño ha causado a la sociedad española en los 50 años de su existencia. Pero no quieren un final a cualquier precio. Muy al contrario, no quieren que se pague ningún precio por ese final. Quieren la derrota total y definitiva de ETA a través de la utilización de los instrumentos que tiene nuestro Estado de Derecho. Tampoco quieren las víctimas que los terroristas vuelvan a estar en las instituciones y esa es la gruesa raya roja que ya veremos si este Gobierno traspasa en las próximas semanas.


Todas estas justas reivindicaciones fueron expuestas por las víctimas que intervinieron el pasado miércoles en el Parlamento Europeo, ese mismo parlamento que el 25 de octubre de 2007 se vio sometido a la indignidad de tener que votar una resolución impulsada por Zapatero y por el PSOE para respaldar el proceso de negociación que entonces había puesto en marcha el presidente del Gobierno. Aquel día, ETA consiguió una gran victoria: la 'internacionalización del conflicto'. El mismo Parlamento Europeo en el que el pasado mes de marzo unos autodenominados 'mediadores internacionales' se ofrecieron para ejercer como tales en un supuesto 'conflicto' entre ETA y la democracia española, que sólo existe en la mente de los terroristas, de quienes les apoyan y al parecer también en la mente de estos 'conseguidotes' que no mediadores. Tres años más tarde, en el mismo lugar, las víctimas del terrorismo, con su fortaleza moral, han devuelto a la cámara europea parte de esa dignidad perdida.

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