Opinión

Pablo se viene arriba

En su lugar cualquiera haría lo mismo. Acordar mano a mano con "Pedro" lo que todavía no deja de ser una declaración de intenciones no es para menos. "El PP que se dedique a la bandera, nosotros a gobernar", declaró ayer Pablo Iglesias que, como muy bien ha dicho, Podemos nunca había influido tanto como ahora.

Es absolutamente legítimo buscar acuerdos con quien esté dispuesto a ello y con quien se quiera acordar. Pedro Sánchez ha querido acordar con Podemos y Pablo Iglesias, escarmentado por no haber apoyado en su momento al entonces candidato socialista, no podía dejar pasar la oportunidad. Ni uno ni otro tienen garantizado de antemano que los Presupuestos vayan a salir. Me inclino a pensar que al final, habrá nuevas cuentas públicas pese a las reticencias soberanistas expuestas desde Barcelona. La política a veces transcurre por caminos inimaginables y ya estamos viendo desde hace tiempo como lo improbable se convierte en realidad. ¿Quién iba a decir que de las más absoluta desconfianza se pasara a una buena amistad? Esto y no otra cosa es la política.

En términos políticos, da igual que se aprueben o no. No es un factor determinante para que el presidente del Gobierno pueda estirar la legislatura al menos hasta el otoño que viene. En realidad, uno y otro están realizando una inversión política a futuro. Iglesias no lo disimula. En 2020 augura y desea un gobierno de coalición con el PSOE y Pedro Sánchez, con este acuerdo, presenta a la opinión pública lo que podría ser todo un programa electoral, incluida la exclusión del delito de injurias al Rey, punto este que, en principio, resulta insólito lo acepte un partido en el Gobierno justo en el momento en el que la figura del jefe del Estado esta siendo erosionada de manera grosera y chabacana por algunos sectores de la sociedad.

La suerte final de las cuentas públicas para el 2019 no la conocemos pero la operación política está en marcha, que no es otra que conjurarse para que "las derechas" en ningún caso lleguen al poder. La pretensión de que los adversarios no lleguen al poder no sólo es legítima, sino obligada. Sin embargo en política todo tiene consecuencias y es susceptible de opiniones diversas. ¿Gustará a todo el PSOE que Pablo Iglesias retome el "Pedro" para referirse al presidente del Gobierno? ¿El cuerpo electoral socialista más tradicional estará de acuerdo con ese eventual gobierno de coalición que Iglesias ya acaricia?. Reconozco no tener respuesta porque el PSOE, como partido, está silente, desaparecido. Pedro Sánchez ha recuperado el tan denostado hiperliderazgo.

De momento ambos se han brindado oxigeno mutuamente, y, al menos a corto plazo y en términos estrictamente políticos, la jugada tiene su mérito. El juicio económico lo dejo a los expertos. Lo que es seguro es que el presidente del Gobierno gana tiempo y Pablo Iglesias se ha venido tan arriba que ya toca el cielo. Al menos eso es lo que cree y Pedro Sánchez lo sabe.

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