Opinión

La Cueta-Pena Orniz-Lago Saliencia

Ir al nacimiento del Sil sería como ir a La Meca para los musulmanes, una peregrinación casi obligada por lo que este río significa para los galaicos. El Sil nace en Pena Orniz a caballo de Asturias y León, pero fluye en dirección a ésta, atraviesa la nuestra y se encuentra al Miño en Peares, que más bien sería su afluente, pero no es así si no lo contrario. Habría que ver qué opinan los geólogo para quienes las terrazas fluviales del Sil tienen 400 años más de antigüedad que las miñotas; por lo tanto nuestro Miño no existía cuando el Sil fluía hasta el Atlántico. Pero no es cuestión de desmontar lo que tantos siglos lleva funcionando, aunque en rigor debería hacerse.

Siempre es un aventura llegarse a las fuentes de este río, por lo imponente del paisaje y las sensaciones que todo montañero percibe por aquellas alturas que sobrepasan los 2.000 m.


EL CAMINO


Desde La Cueta ya está señalizado siguiendo el curso del río al que se debe atravesar un par de veces por un puente al comienzo y luego vadeándolo entre piedras. El camino, al principio como pista de rodadura pero luego revertido en sendero, asciende con suavidad, se encarama sobre la amplia garganta, atraviesa su curso por una majada y sube a través de ella en dirección nordeste, cuando por el lateral de la montaña, y entre ellas imponentes, avistamos al salir como de una portela, las cimas de la Peña Orniz, 2.192, a cuya izquierda están las fuentes del río, que discurre como encajonado en terraplenes desnudos de vegetación. Son senderos de montaña señalizados, como en la ascensión. La vuelta se recomienda atravesando el entrante del gran peñascal a izquierda, bajando entre grandes bloques de piedra y avistando una llanura cubierta de redondeados conos vegetados que nos conducen en dirección norte a las empinadas vertientes del Lago de Saliencia, que, avistado, debe tomarse por sendero a derecha. Llegados a la base del lago, una caseta refugio de montaña, nos da acceso siguiendo el curso del amurado lago, hasta que abandonado debemos seguir por donde una canal discurre, la de La Braña, en la ladera izquierda de la montaña donde una empinada y breve subida nos deja en los prados de Vache Las Morteras que atravesaremos entre manantiales o surgentes por el mas fácil paso de este valle en dirección sur, para, atravesado el puertecillo adentrarnos en la majada y retomarla, a menos de un legua por donde comenzados, hasta La Cueta.


LA RUTA CON AMIGOS


Nada más placentero que irse de montaña con grupo, siempre que no pase de la docena y si menos, aun mejor, y sería así como nos hallamos en varias ocasiones que por allá anduvimos, la más sensacional cuando el nacimiento del río Sil en un gran nevero en forma de ballena con su enorme cola, pero esto raro, así que otra vez yendo Martiño, Xulio, Óscar, Hortensia, Javi,  Xoan y el que escribe nos las vimos tan bien que a cada paso un goce para los sentidos, que ya sorprendidos en los primeros pasos, acrecentados cuando hubimos de atravesar el Sil por tercera vez y más cuando casi en vertical por pedregoso sendero y seguro, sin peligros, mientras rugía el río, que más adelante, camina como legua y ya en el herbazal tomaríamos por su principal brazo hacia el alto de la majada de Covalancho, que tiene a modo de refugio. Nosotros de mucha foto y tomado descanso para admirar paisaje, que imponente entre estos farallones calizos por el puerto de Cuetalvo, de fácil andadura por el lateral sendero de la sierra de La Mortera, que da acceso, mirando al norte, a PeñaOrniz, en el límite de Asturias con León. 

Entre meandros del allí riachuelo salvado unas cuantas veces y siguiendo su curso nordeste y norte, por donde más fácil parece abordarse la subida. Hortensia se largaría en solitario hacia la peña, Xulio la seguiría y accedería por otro lado antes, mientras Óscar y Javi toman secos frutos o algún camuflado bocata, con Martiño de compañía, que el más joven había probado en Ancares una semana antes. 

Abordamos la montaña, hicimos las fotos de rigor, y en bajada donde la ladera herbosa y confortable, reclinados al romano modo daríamos cuenta de manjares propios y ajenos, para reemprenderla por el collado Orniz, que desde donde veníamos a izquierda, bajando entre sus bloques por sendero pisado mientras en la cima correteaban o más bien observaban los rebecos. Plagado el casi llano de montículos redondeados salpicados en dirección norte, avistaríamos el Lago del Valle; Martiño casi a la carrera se precipitaba por la inclinadísima ladera, los demás por sendero a derecha después de pasada la Mortera del Valle, La Bárcena y avistando al fondo la cabaña Cobrana. Un rodeo por la pared del casi represado lago y a la vera, el canal de La Braña, de desagüe, a cuya vera sendero hasta pasar un puertecillo, que nos da acceso a la pista más abajo, que en dirección sur te lleva entre las Brañas de Murias y la sierra Mortera a izquierda donde alguno provisto de toda la tecnología GPS le señalaba al guía con un "Chicho, no tienes ni puta idea, es por la derecha, en dirección oeste", pero claro había de salvarse una pared, y por el sur se nos ofrecía un paso franco, experimentado en tres anteriores ocasiones. Por el puertecillo de la Mortera que da acceso en bajada a las praderas del Cebolleu y más abajo la majada del Abeseu, para enlazar por donde venidos, a 3 kilómetros de La Cueta.

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