Opinión

Pepín Méndez, Marta Alastrué y otros campeones de tenis

Pepín Méndez junto a Marta Alastrué son nuestros únicos campeones gallegos absolutos en la modalidad de tenis. En otras categorías hubo alguno más. Marta brilló mientras los estudios no la decidirían a ir dejando la raqueta; Pepín, maltratado por las lesiones y carente de cierta disciplina, de tantos campeonatos como podría haber ganado se quedó con dos y alguno más en otra modalidad. El primero, profesor de la segunda con una exitosa salida por tierras continentales: Portugal, Inglaterra, Malta, Sur de Italia, amén de su presencia en unos cuantos campeonatos nacionales que alumbraban un futuro en lo más alto, pero muchos son los que se quedan en el camino. Y Marta se quedó por la razón apuntada, cuando un espectacular partido con Arantcha Sánchez Vicario en las pista de polvo de ladrillo de Murcia. Tuvo Marta contra las cuerdas a la por entonces campeona de Roland Garros. Todo hacía presagiar que la cima estaba ahí. Y abonado todo esto por gentes metidas en el mundillo éste, como Antonio Cascales, entrenador de Juan Carlos Ferrero, que llegó a ser número uno del ranking mundial. Pues bien, Cascales un día viéndola en las pistas rápidas de La Moraleja: estamos ante la mejor jugadora de España en pista rápida. Ya anteriormente en una exhibición en Pontevedra, eliminando a la número 45 del ranking y jugando la final con Gabriela Sabattini, a la que plantó cara, eso que la argentina venía del Open USA del que había sido campeona.

Encontramos a Pepín, que es un innovador de la técnica y muy activo comunicador, no de esos, que cesto de bolas en mano se limitan a pasarlas y a que el alumno responda. Por eso no extraña que haya tenido tiempo de sacar a muchos tenistas, la mayoría con ese sello que ha sabido imprimirles, abandonaron la práctica, y con carrera universitaria, más viven del tenis que de sus estudios, ahora mismo una de sus alumnas da clases en los antípodas…pero de tenis. Y no digamos los innumerables que se reparten por los clubes.

A nadie deja indiferente este genio del tenis y basta ver una de su aulas para comprobar las carencias de tantos que se han metido a entrenadores, pero que tienen el digamos el mérito de crear deportista o aficionados sin demasiadas pretensiones.

Como es un hombre con conceptos claros sobre el tenis no ha de pedírsele que actúe al dictado.

Marta con Gabriela Sabattini

Bajo la batuta de Pepín pasaron los Carballés, Troncoso, Román, Moreiro, Labrador y las hermanas Pérez de Juan, Marta Otero, Susi y una Valeria que despuntaba hasta que decidió que su porvenir estaba en los USA. Esto en su etapa ourensana. De su etapa pontevedresa, los hermanos Domínguez, de los que uno, Ricardo, campeón gallego en varias ocasiones. 

Pepín tiene hoy en Lara Amoeiro, alevín de 11 años, a una campeona, que podría sonar, si no se frustra, en el panorama nacional, cuando en el gallego ya lo hace. Entre otros títulos fue campeona de la Comunidad en el Torneo Babolat, lo que le valió acudir al Nacional donde arribaría cuartos perdiendo en apretadísimo partido, siempre con la sensación de las que a ella se enfrentan de que aquella chiquilla menuda va a ser presa fácil o lo era, que ahora tiene nombre, y las tornas han cambiado. Lara, casi de viaje semanal en temporada con sus padres para disputar campeonatos. Cuando el papá-entrenador me recuerda, aunque no sea el caso, lo pernicioso que suelen ser los padres cuando se meten a eso, aunque sean competentes o cuando planifican la temporada de sus hijos. Esto debería ser cosa de los técnicos. Alguno y alguna hubo que iba para arriba pero se entrometieron los padres y la cosa empezó a ir para abajo.

Apuntan otras tenistas de aquí como Ana Novoa o Enma Valiñas, que ya suenan... pero lo de Lara parece caso aparte.

¿Y por qué de chicas? Porque acaso más disciplinadas. Este avance femenino ya está pesando en muchas facetas de la vida profesional. Salud a los nuevos aires que están arrumbando a tanta testosterona.

Y como de tenis va la cosa, felicitar a esos animosos, que no todavía al pie del estribo, se van, allá por mayo, y con ésta serán tres veces, a esos campeonatos de España de Veteranos, desde los 35 años a los 85. Más de quinientos competidores entre los que los ourensanos Antonio Cuña, Manolo Lerenda y Javier Méndez que fueron con sus pretensiones pero que chocaron con la realidad de un tenis de otro nivel, a medida que alguno avanzaba en el cuadro; pero como dijo el celebrado barón de Coubertin: Lo importante no es ganar si no participar. Participaron y disfrutaron, que no es poco. Ahora se preparan porque el ánimo está ahí. En estos campeonatos nunca verás a una figura que fue destacada. Esos tienen sus campeonatos profesionales de veteranos. Son aficionados a la raqueta con más moral que el Alcoyano, porque ver jugar a alguno de 90 no es moco de pavo. Claro, y en cuanto participan aficionados de los clubes catalanes, valencianos, vascos o madrileños, la cosa se pone difícil. Dejaremos de invocar al barón creador de los juegos olímpicos.

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