Opinión

Pasión y sentimiento

La liga ya es parte del pasado, pero una vez más nos ha regalado hasta el último minuto del último partido infinidad de imágenes cargadas de pasión y mucho sentimiento.

Y es que el fútbol provincial, esta Primera Galicia, se entiende desde el convencimiento que transmiten los jugadores a esos muchas veces estóicos aficionados que desafían cualquier meteorología con tal de estar animando y apoyando los colores de su club. Esta ha sido una temporada donde no existieron trasatlánticos que se llevaban con la gorra la competición.

Este año los equipos, en su inmensa mayoría, se dieron cuenta y entendieron que la esencia de este deporte se puede encontrar y potenciar desde las raíces del club, donde los frutos serán beneficiosos a corto plazo.

Algún trasnochado seguirá pensando que para armar una buena plantilla se necesita dinero y este no siempre remedia los males estructurales ni abre un horizonte que garantice un futuro más ambicioso y estable.

Aquellos que se ilusionaron con los pies sobre la tierra han recogido los frutos del ascenso y en muchos casos sin proponérselo, mientras otros navegaron en promesas incumplidas muriéndose en la orilla.

En mi peregrinar por los distintos campos de la máxima categoría provincial sigo observando que por encima de un resultado deportivo,  los clubes llevan a cabo una tarea titánica para mantener la ilusión por el fútbol.

La grandeza de los jugadores y su amor por el fútbol cobra aún más dimensión cuando se acaba un ciclo de su vida. Algunos besan la hierba y otros se ganan el respeto a toda una trayectoria.

Te puede interesar