Opinión

El 'aparato' siempre gana

Desde que la gestora se hizo cargo de la dirección del PSOE, la abstención en la investidura de Mariano Rajoy acordada el pasado domingo estaba prevista, porque para eso los barones dieron el golpe de mano que acabó con la defenestración de Pedro Sánchez. El nuevo ‘aparato’ del PSOE ha llevado la votación donde quería y la abstención  será en bloque para tratar de que la ruptura interna no alcance todavía consecuencias mayores y dar cobertura a los diputados que votaron no y ahora tendrán que abstenerse, salvo en aquellos casos contados que han anunciado que no seguirán el mandato imperativo. Lo más probables es que todo acabe en dimisiones y multas más que en expulsiones, salvo en el caso de los diputados del PSC, que es cuestión aparte, porque las decisiones a tomar tienen un calado que trasciende la votación de investidura de Rajoy para entrar en un juego más complejo en el que no solo se tienen en cuenta las relaciones asimétricas entre ambas formaciones sino los intereses futuros de quien dice estar llamada a ocupar la secretaría general del PSOE y que tiene en Cataluña una organización a la contra.  

El ‘aparato’ del PSOE -integrado por los barones que auparon a Pedro Sánchez pero que comenzaron a urdir su caída desde que empezó a mostrar su interés por consolidarse en un cargo que, a su juicio, ocupaba de forma vicaria; por los dirigentes históricos, a los que la retórica izquierdista de los ‘sanchistas’ les quedaba muy lejos de su pragmatismo, y los medios de comunicación que han jugado en su contra- ha ganado la batalla como suele ser tradicional, porque ha hecho valer la idea de que las terceras elecciones no solo serían un desprecio a la ciudadanía sino la peor de las opciones posibles, aunque esta fuera la consecuencia de intentar recomponer el ideario del PSOE desde la izquierda, maltrecho desde mayo de 2010, y sin que por el momento se sepa cuál es la oferta ideológica de los nuevos dirigentes socialistas, de quienes se alaba la disposición a garantizar que España tenga nuevo Gobierno desbloqueando la situación y entrando en la vía de la normalización institucional.

También el ‘aparato’ que montó Pedro Sánchez tuvo sus momentos de gloria y logró sus victorias –el apoyo al “no es no” hasta que la amenaza de las terceras elecciones se hizo evidente, la votación de la militancia del acuerdo de Ciudadanos…-, pero solo hasta que el verdadero ‘aparato’ del PSOE antes mencionado pusiera manos a la obra para poner fin al dilema irresoluble del no a Rajoy y el no a la terceras elecciones de la única manera posible desde el 26-J.   

El nuevo ‘aparato’ socialista, salvado el primer envite, tiene por delante dos retos de gran envergadura: volver a conciliar a las bases con sus dirigentes y elegir la forma en la que ejerce la ‘responsabilidad institucional’ sabiendo que la amenaza del ‘sorpasso’ no ha sido conjurada,  aunque desde Podemos ayudan bastante a ello, restañar las heridas sabiendo que ahora hay una militancia más dispuesta a hacer oír su voz, que demanda acabar con la interinidad y que se celebre con celeridad un congreso extraordinario  y resolver el encaje del PSC en el PSOE, y por otra parte marcar las líneas de una oposición que resulte eficaz y que sirva, en efecto, para alcanzar a acuerdos que permitan resolver los problemas pendientes desde bases acordadas. 

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