Opinión

Ceder o no ceder, esa es la cuestión

La cuestión es saber cuánto tiempo va a resistir la presión la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, cuánto tiempo va a contar con el apoyo de la dirección de su partido y si este la va a dejar caer por la presión de Ciudadanos o porque consideren que su situación se ha hecho insostenible a medida que se van conociendo nuevos datos alrededor del máster que consiguió sin que aparezcan determinados documentos, y mientras se producen desmentidos y dimisiones.

Su caso ha tomado dimensiones partidarias y nacionales que superan el ámbito de la Comunidad de Madrid, por el efecto que su caída puede provocar en el seno del partido y en la conservación de otra de las joyas de la corona del PP a lo largo de los últimos veinte años, después de que ha perdido otro de sus feudos territoriales, la Comunidad Valenciana, como consecuencia de las facturas pagadas por la corrupción en esa región. La importancia de Madrid, comunidad y ayuntamiento, a efectos políticos es innegable y si las elecciones de la próxima primavera en esos ámbitos se consideran una primarias de las generales que han de seguirlas el año siguiente los resultados pueden ser determinantes para la conformación del próximo Gobierno de la nación.

Por ese motivo el PP se resiste a dejar caer a Cristina Cifuentes. Por el momento mientras evalúa posibles escenarios, desde la designación de un nuevo candidato, a no acceder a la solución a la murciana que propone Ciudadanos para no dar una baza al partido liberal, que se habría cobrado así una pieza de caza mayor de más relieve de las que ha logrado hasta ahora, Pedro Sanz en La Rioja, Pedro Antonio Sánchez en Murcia y la senadora popular Isabel Barreiros. 

Si el PP cede a la pretensión de Ciudadanos para sustituir a Cristina Cifuentes estaría enviando un mensaje a su electorado y a sus militantes que les causaría estupor y lejos de contribuir a acotar el crecimiento de Ciudadanos, serviría para insuflar mayores ánimos a los seguidores de Albert Rivera, de tal forma que una mayor depresión de los populares por esta derrota tendría un efecto directamente proporcional en la euforia de los liberales. Y si no ceden a la presión y no resuelven el asunto en los plazos marcados por el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, el PP corre el riesgo de que los acontecimientos se precipiten y la sucesión de informaciones y reacciones al presunto fraude acaben dando la razón a quienes reclaman la dimisión de Cifuentes desde el primer momento en que se ha sabido que recibió trato de favor y no se ha podido acreditar fehacientemente que cursó el máster, por mucho que ella dé el asunto por zanjado.


Postdata


El Congreso de los Diputados celebró ayer un acto de homenaje a la socialista catalana y exministra de Vivienda y de Defensa, Carme Chacón. Al acto asistieron dos de los tres últimos secretarios generales del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, pero faltó el que ejerció el cargo entre ambos, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien precisamente lo ocupó al ganar las primarias a la política catalana por 22 votos, se olvidó de la palabra integración, y luego ha seguido trabajando en contra de Pedro Sánchez y a favor de Susana Díaz, que le proporcionó aquella victoria del stablishment del partido .
 

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