Opinión

La crisis murciana se complica

La crisis de Murcia ha pegado un acelerón tanto por la presentación de la moción de censura del PSOE regional contra el presidente autonómico, Pedro Antonio Sánchez, como con la carta de baja en el partido remitida por el expresidente popular murciano, Alberto Garre, en la que denuncia la inacción de Mariano Rajoy ante la corrupción en general y, en particular, en su comunidad autónoma.

Los socialistas murcianos, finalmente, han presentado su propia moción de censura, tres días antes de que acabara el ultimátum dado por Ciudadanos -que apoya desde fuera al gobierno de la región- para que Pedro Antonio Sánchez haga efectiva su dimisión tras ser investigado por el denominado “caso Auditorio” desatado cuando era alcalde de Puerto Lumbreras y que tras su declaración ante el TSJ de Murcia se encuentra pendiente de la decisión sobre su situación judicial.

Pero mientras Ciudadanos quiere que la moción de censura sea un paso previo para la convocatoria de elecciones, los socialistas han presentado como candidato a la presidencia regional a su secretario general, Rafael González Tovar, quien a la sazón no cuenta con el respaldo de la gestora socialista por apoyar a Pedro Sánchez como líder de los socialistas. Para ser presidente de Murcia, González Tovar necesita los votos de Ciudadanos y de Podemos, pero los de Albert Rivera ya han dicho que en ningún caso entrarían en un tripartito con el partido morado, que a su vez tampoco apoyaría un bipartito de socialistas y Ciudadanos- Mientras, los populares piden a los de Rivera que esperen un poco hasta conocer que dice la justicia sobre Pedro Antonio Sánchez, quien a su vez fue respaldado “a la búlgara” por el congreso regional del PP de Murcia celebrado recientemente, pese a encontrarse investigado.

En esta situación de intereses cruzados, el del candidato socialista sería el de permanecer en el Gobierno regional sin convocar elecciones hasta el final de la legislatura, convencido de que si Susana Díaz se hace con el liderazgo del PSOE él no será el próximo candidato de los socialistas, y de ahí sus reticencias a dejar por escrito su compromiso a convocar elecciones de forma inmediata como le pide Ciudadanos, a quien los populares le piden que no se desvirtúe el voto de los murcianos.

Para complicar aún más la escena y poner en un brete al que hasta ayer era su partido, el expresidente regional Alberto Garre ha publicado una carta en la que explica su decisión de abandonar el partido por la inacción y la permisividad que ha mantenido Mariano Rajoy con respecto a la corrupción política, que él sitúa en el origen de la pérdida de apoyos del PP en las últimos procesos electorales, y en la que carga contra el que fue su sucesor, después de que esperara continuar en el cargo tras sustituir a Ramón Luis Valcárcel, al que afea que no haya cumplido su palabra de dimitir si era investigado y en la que recuerda al presidente del Gobierno que ya estaba avisado de lo que podía ocurrir: "Usted estaba perfectamente informado; le prevenimos de lo que podía pasar, y ha pasado". Todo un manifiesto contra la corrupción política en Murcia y en el PP y contra la decisión de su expartido de sostener a Pedro Antonio Sánchez contra viento y marea sin ofrecer una solución alternativa.

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