Opinión

Dos ganan, dos pierden

Los resultados de la elecciones catalanas que se celebran hoy, además de determinar la fortaleza de los dos bloques enfrentados, con la posibilidad de que los independentistas no renueven la mayoría absoluta en escaños aunque se encuentran muy cerca de ello, tendrán también una lectura en clave nacional con repercusiones en los cuatro partidos –los dos que han sustentado los gobiernos hasta la actualidad, PSOE y PP, y los dos nuevos, uno de los cuales tiene responsabilidades de gobierno en los ayuntamientos más importantes del país, y otro se ha convertido en el principal socio del Ejecutivo de Mariano Rajoy pero ha sido ninguneado en multitud de ocasiones en lo que va de legislatura.

Si se cumple la tendencia pronosticada por los sondeos previos a las votaciones, el partido constitucionalista que más crecerá será el PSC que puede recuperar escaños desde los quince actuales hasta superar la marca de 20 que tenía antes de las elecciones autonómicas de 2015. Esta mejoría en los resultados será un balón de oxígeno Pedro Sánchez en la primera contienda electoral desde que volvió a la secretaria general, y pude ser síntoma de la recuperación de los socialistas a nivel nacional… sino se aventura en iniciativas que puedan ser malinterpretadas en el resto del país, como la reedición de un tripartido. Este riesgo parece soslayado por cuanto los números, a priori, no dan para forjar esa alianza, mientras que si los partidos constitucionalistas tuvieran la posibilidad de formar gobierno, Sánchez está dispuesto a ello pese a que su apuesta es la presidencia ‘transversal’  de Miquel Iceta para cerrar heridas.

La subida de escaños prevista para Ciudadanos es similar a la del PSC pero si consigue vencer en número de votos a ERC, el efecto arrastre a nivel nacional será considerable, una vez que ya se ha producido el sorpasso sobre Podemos y se encuentra cerca del PSOE. Para quien estos resultados pueden ser peores es para el PP porque cambiará el modelo de relación entre ambos partidos y los populares ya no podrán ignorar tan alegremente los compromisos pactados. Ciudadanos podría sentir la tentación de presionar para acortar la legislatura condicionando tanto la acción de gobierno que a Mariano Rajoy no le quedara otra alternativa que hacerlo… o mantener el apoyo con la condición, ya escrita, de que Rajoy no repita como candidato. Las elecciones catalanas van a hacer saltar chispas en el ámbito del centroderecha.  

El presidente del Gobierno es tan consciente de la importancia de estas elecciones que ha estado en Cataluña los tres últimos días de la campaña para lanzar el mensaje de que el voto útil es a su partido y no a Ciudadanos que a su juicio ya va a tener bastantes y a ellos les falta un puñado en cada circunscripción para que el resultado no sea una debacle. Como bien saben los socialistas, quienes no tienen buenos resultados en Cataluña, la segunda comunidad autónoma más poblada, tiene muy difícil alcanzar mayorías suficientes. Y el PP puede ser el último partido en el Parlament.

Del mismo modo, tampoco la proyección nacional de los resultados de Catalunya en Comú-Podem es favorable. Tienen la llave de la gobernabilidad pero el apoyo a un gobierno independentista podría acentuar la crisis interna. La equidistancia y la indefinición mantenida es la responsable.  

Te puede interesar