Opinión

Mejor acuerdos que vetos

Salvo los pactos de Ajuria Enea y Madrid que reunieron a la práctica totalidad de los partidos políticos, el resto de los acuerdos que han tenido por objeto combatir el terrorismo, el del año 2000 entre Aznar y Zapatero y el de 2015 contra el terrorismo yihadista firmado por Rajoy y Sánchez, han nacido viciados en origen porque se ha tratado de un pacto entre las dos formaciones mayoritarias a las que luego se ha invitado a sumarse al resto de fuerzas políticas, que en un ejercicio de responsabilidad así lo han hecho en su mayoría, aunque se han quedado fuera importantes partidos políticos, porque se han utilizado como un instrumento partidista, bien para promocionar la imagen de hombres de Estado de algunos dirigentes, bien porque todavía se pretende sacar réditos políticos de actuaciones que debieran hacerse con suma generosidad para no generar discrepancias. El PSOE en este último pacto tuvo que aceptar la mención a la cadena perpetua revisable incluida en él y se comprometió a cambiarlo cuando las mayorías parlamentarias fueran posibles.

Lo importante es que las ausencias de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, o que Podemos acuda a reuniones de este pacto con una figura tan peculiar como la del observador, a recibir información pero sin comprometerse con las decisiones que puedan adoptarse, no se perpetúen. Pero si PSOE y PP son responsables de la utilización política de la lucha antiterrorista no menos lo son quienes ahora no asisten a reuniones de trabajo que son necesarias para la protección de los ciudadanos cuyos intereses defienden, aunque luego la coordinación policial se encargue de tratar de superar esos déficits. En cualquier caso es mejor que la tercera fuerza política en el Congreso participe en la calidad que quiera a que no lo haga, porque como se ha visto en la reunión de ayer su actitud fue de plena colaboración para estudiar las propuestas de reformas legislativas que el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, puso sobre la mesa.   

En principio los partidos están de acuerdo en el paquete de medidas en las que trabaja el Gobierno, que entrarán en vigor a lo largo del próximo año, que van en la dirección de incrementar los controles sobre zonas de sombra que pueden ser aprovechadas por los terroristas relativas al alquiler de vehículos, los hospedajes vacacionales o la modificación del reglamento de gases licuados de petróleo para mejorar el control de las bombonas de butano –recuérdese que a principio de mes fueron robados casi dos millares de ellas sin que hayan sido recuperadas-, y como de adecuar a la legislación española las iniciativas ya puestas en marcha en la Unión Europea.

Con los acuerdos básicos alcanzados respecto a las modificaciones legislativas, que esta vez no van en la dirección de endurecer el Código Penal, motivo de las discrepancias más importantes entre los partidos, habrá que esperar a los textos que proponga el Ejecutivo para que no se generen nuevas colisiones, o que estas se resuelvan en el debate parlamentario o en su elaboración previa. Ahora se trataría de atraer a Podemos y a los nacionalistas vascos al pacto, los independentistas catalanes no querrán de ninguna de las maneras, no con vetos sino con el trabajo conjunto.  
 

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