Opinión

El mirlo blanco

Desde la gestora que dirige el PSOE se traslada la idea de que la reunión del Comité Federal de hoy será tranquila y que su iniciativa sobre el calendario de primarias en mayo y la celebración del 39 Congreso en junio, saldrá adelante sin mayor problema. Sin duda se aprobará la propuesta, dada la correlación de fuerzas existentes entre oficialistas y críticos que desean acortar estos plazos cuanto más mejor. Lo que sí habrá es un intenso debate sobre las fechas y sobre algunas decisiones de la gestora que van más allá de su labor de preparar el cónclave, dado que son mayoría los barones que apuestan por adelantarlo y aunque en algunos casos han marcado distancias con Pedro Sánchez, otros le guardan fidelidad y no le van a poner las cosas fáciles a la actual dirección.  

Cada una de las partes tiene su parte de razón al respaldar sus propuestas e incluso al líder que las defendería en las próximas primarias, Susana Díaz, como adalid de los oficialistas, y Pedro Sánchez, de los críticos. Y Patxi López si plantea presentarse como ‘tercera vía’ y cuenta con apoyos que todavía no se han manifestado. Ninguno de ellos es la solución para el PSOE: Sánchez por lo que perdió, dijo y quiso hacer; Díaz por cómo se comportó y cómo fracturó el partido con ayuda de otros, y López porque estuvo muy ligado al primero. “Ni Su, ni Sa” dicen algunos porque ambos serían incapaces de coser el partido y un triunfo de cualquiera de ellos o de sus tapados supondría un cierre en falso de la crisis.

Y este es el verdadero problema: que el PSOE no encuentra el mirlo blanco que resuelva su problema de liderazgo y sea capaz de forjar la unidad del partido, que es tan importante como el proyecto ideológico, que tendrá que escorarse hacia la izquierda necesariamente si  quiere marcar distancias con el PP y ganar el terreno perdido frente a Podemos. Al margen de los nombres barajados a lo largo de los cerca de cuatro meses transcurridos desde la defenestración de Pedro Sánchez, solo ha aparecido el nombre de Ángel Gabilondo, que ya se barajó incluso como posible candidato a la presidencia del Gobierno, en el caso de que se hubieran celebrado las terceras elecciones generales en un año. Encontrar un líder de consenso es una de las virtualidades que puede tener la demora en la celebración del 39 congreso y esa debiera ser la misión de los dirigentes socialistas en esta etapa, pero no parece que sea su principal preocupación, embarcados como están en marcar territorio.  ¿No hay nadie más? ¿Nadie que no esté salpicado en la lucha fratricida dispuesto a dar el paso?

Aunque dos meses es una menudencia en el caso de un partido con más de 130 años de historia, el tiempo corre en su contra porque finalmente serán nueve los meses que estará sin una dirección efectiva, y en el ínterin habrá que tomar una decisión sobre los Presupuestos. Y esperar que Rajoy cumpla su palabra de acabar la legislatura y no convoque elecciones a primeros de mayo, lo que pillaría al PSOE en el peor momento de su historia. Pero al mismo tiempo, mientras el PSOE no dé un giro a la izquierda de forma definitiva que acabaría con la ‘entente cordiale’ que mantiene con el PP, pueden tener tranquilidad, seguir trabajando en la consolidación del bipartidismo como han hecho hasta ahora, y el Ejecutivo aprobar las cuentas que le permitan gobernar un año sin excesivos sobresaltos.

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