Opinión

Sin inconveniente

El proceso independentista puesto en marcha por el Govern y el Parlament de Cataluña, dominado por partidos de este cuño ha provocado que el resto de los partidos que defienden la unidad de España y la soberanía de todos tengan que realizar una puesta al día de sus postulados. Los socialistas hablan de la reforma de la Constitución en sentido federal, se enredan en cuestiones nominalistas y promueven comisiones de estudio en el Congreso para abordar los cambios, y Ciudadanos se saca de la manga una comisión de expertos, el principal cambio operado ha correspondido al Partido Popular, que de considerar un anatema hablar de reformas constitucionales o de circunscribirlas únicamente a las propuestas que en su día realizó Rodríguez Zapatero, que en el asunto  territorial consistía en introducir el nombre de las comunidades autónomas en la Constitución,  ha pasado a ver “sin inconveniente” abordar su reforma, pero una vez que se haya puesto fin al desafío del referéndum de autodeterminación

Todo queda para el día 2 de octubre y siguientes cuando al PP ya no le quedará más remedio que presentar sus propuestas de reforma constitucional y del modelo territorial que están todavía inéditas. Al aceptar sumarse a ese debate propuesto por el PSOE, y por el resto de partidos, para una puesta al día del modelo territorial que resuelva este expediente para varias generaciones, el PP tendrá que ser un partido activo en el debate y no solo enmendar lo que le propongan otros.   

Mariano Rajoy rechazó las acusaciones sobre su inmovilismo en relación a la cuestión catalana en la sesión de control al Gobierno con un circunloquio sobre si se sabe o no adónde se quiere llegar, y pidió hablar "con rigor, seriedad y sin ninguna suerte de ocurrencias como, desgraciadamente,  estamos sobrados en España últimamente". PSOE y Podemos apuestan por el reconocimiento de las singularidades de las varias naciones -¿las nacionalidades de la Constitución?- que componen la nación española. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el PP en el reconocimiento de la diversidad?  

Los días que quedan hasta el 1-O lo son para la refriega, para las actuaciones judiciales –alcaldes proindependencia llamados a la fiscalía para declarar- y policiales –mossos a la búsqueda de urnas-, de alcaldes en defensa de los principios democráticos y los “teatrillos” de otros, y las declaraciones desafiantes. Un panorama que no facilita un debate sosegado. Y por encima de todo, la admonición del rey Felipe VI: “La Constitución prevalecerá frente a quienes quiebran la convivencia”.

El desafío soberanista ocupa la mayor parte de la actividad del presidente del Gobierno y lo tapa todo y le sirve de coartada para no dar explicaciones sobre otros asuntos que también generan preocupación en el día a día de los ciudadanos. ¿Qué va a hacer hacia  los mayores de 55 años que no encuentran empleo? “La economía va bien”, es la respuesta. ¿Qué pasa con las decenas de miles de millones que no se van a recuperar del rescate bancario, cuando se dijo que no iba a costar un euro a los contribuyentes? Rajoy sale por peteneras y recuerda las consecuencias que se habrían producido sin la intervención. De acuerdo, ya se sabían. Pero esa no es la cuestión. ¿A quién  hay que endosarle la responsabilidad por el dinero que no se recuperará?

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