Opinión

Vuelve el sorpasso

Hace un año ocurrió lo mismo. Se produjo el sorpasso de la izquierda sobre la derecha porque la suma de los porcentajes del PSOE y de Podemos y confluencias superaban a los del PP y Ciudadanos. En un contexto en el que el bipartidismo se ha terminado para dar paso a una situación política en la que serán precisas coaliciones o acuerdos de legislatura sólidos para gobernar con estabilidad, el barómetro del CIS conocido ayer vuelve a poner de relieve una situación que no se había dado en ese periodo, a pesar de que el PSOE de Pedro Sánchez apareciera en muchas otras encuestas como el partido que ganaría las elecciones. En todas las que se han sucedido desde que volviera al liderazgo del PSOE y sobre todo después de que de forma inesperada ganara la moción de censura, ni aún así los votos de la izquierda superaban a los de la derecha.   

En esas circunstancias y a pesar de las reclamaciones del PP para cambiar la ley electoral, la misma que ha permitido la alternancia en el poder de socialistas y populares desde la Transición, es probable que los populares no hubieran tenido reparo en cambiar su forma de pensar y ganar en los despachos, o con una coalición de perdedores, La Moncloa. Y no porque no fuera igualmente de legal y democrático que el descabalgamiento de Rajoy, habría que poner en duda el gobierno así conseguido. Además Pablo Casado, en su victoria en el Congreso del PP, ha demostrado que está dispuesto a saltarse el primer mandato de la miltancia que eligió a la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, para luego reunir a su favor el voto de los compromisarios de todas las candidaturas que quedaron por el camino. Y es probable que tras estos resultados, que la cocina puede distorsionar, al PP le queden pocas ganas de cambiar la ley electoral, de ir a las segundas vueltas o de ampliar el número de escaños hasta los 400 que permite la Constitución para dar un plus de ellos al ganador en las urnas. 

El “efecto Sánchez” tras su llegada a La Moncloa ha elevado las expectativas del PSOE hasta el 30 por ciento de los votos, lo que sumado al 15% de Unidos Podemos superaría en cinco puntos a la suma de PP y Ciudadanos, una distancia que de mantenerse en unas elecciones generales daría una ventaja cómoda a los partidos de centro izquierda, aunque es posible que los nacionalistas volvieran a tener la estabilidad del Gobierno en sus manos. 

El barómetro de julio, sin embargo, no tiene en consideración dos asuntos relevante: el primero, la constatación  de la debilidad parlamentaria del Gobierno, que no ha podido sacar adelante una votación tan importante como el techo de gasto, y queda por recogerse el “efecto Casado”, la llegada del nuevo líder al PP que  puede alterar las sumas en ambas partes del espectro político. En cualquier caso, los populares deben comenzar a preocuparse porque se encuentran en una posición de empate real con Ciudadanos que mantiene  una importante subida con respecto a las elecciones de hace dos años, y sobre el que el CIS señala que ya ha dado el sopasso al PP. 

Del mismo modo habrá que esperar también la reacción en Podemos y sus confluencias, que se encuentran ahora casi con la mitad de intención de votos del PSOE, cuando en algún momento veían cerca superarlos. Una vez más la izquierda del PSOE se ve ante la tesitura de convertirse en su muleta, o puede tratar de socavar su avance dada la inestabilidad parlamentaria del Gobierno. Tendrán que elegir entre aprovechar el sorpasso o dejarle el camino expedito al centroderecha.   

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