Opinión

Emergencia temporal

XOXO tqm OMG bn LOL pq WTF ROFL LMFAO… Así podríamos seguir, ampliando el jeroglífico que ha adquirido rango de lenguaje entre jóvenes y no tan jóvenes. Si usted no utiliza un emoticono para dar brillo a sus mensajes del móvil o si se le ocurre poner admiración o interrogación al comienzo de frase, ¡alarma!: hágaselo mirar porque empieza a quedarse atrás.

Esta historia tuvo su origen en el «Teletexto», ¿se acuerdan? Entonces, nuestros padres hacían filigranas con el mando a distancia intentando dar con la tecla para navegar por la televisión. Luego vino el «Busca», las consolas de vídeo-juegos y los móviles «a secas», es decir, aquellos que solo servían para llamar. Aunque el gran salto se produjo con Internet y, más aún, cuando la tecnología nos permitió interactuar con nuestro interlocutor. De entrada nos fascinaban los mensajes, los audios y las vídeo-llamadas, todo con la intención de hacernos la vida más cómoda y las sensaciones inmediatas. Así nos crearon la necesidad de los sentimientos instantáneos, como el "Nescafé"·, y desde entonces (hace unos pocos años) cualquier cosa que en telecomunicaciones suponga esperar más de diez segundos nos sume en un estado de ansiedad que dispara en nuestra mente los más temibles presagios: ¿Estará bien? ¿Se habrá enfadado? ¿Por qué no responde si ha leído el mensaje?...

Antes, «exprés» solo eran el café y el tren. Ahora, todo lo que no sea ¡ya! adquiere una pátina como de foto antigua, de prenda ubicada en los suburbios del armario, y enseguida perdemos la paciencia, como si la rapidez fuese condición indispensable para que algo sea innovador y atrayente.

Si seguimos así, a los jóvenes de ahora, cuando dentro de unos años se planteen ser padres, se les harán eternos los nueve meses de gestación; es más: puede que el ciclo natural les parezca anticuado y prefieran los sietemesinos: Dar a luz e irte a casa a los dos días no será ya tecnológicamente aceptable. El alarde será decir: «A mi hijo le bastaron 30 semanas para nacer, ¿y al tuyo?». Incluso puede que eso acabe considerándose un mérito para el CV: «Experiencia en incubadora: diez días; electrodos cardíacos: tres días; conexión cerebral digital: 1 día», y al final terminará instaurándose un premio «A la Brevedad Natal», y al cabo de unos años se organizarán quedadas entre los nacidos a las 29, a las 32 o a las 35 (semanas), con foto de familia incluida al terminar la paparota.

Vale, tal vez exagere un poco, pero no me negarán que vivimos un tiempo en el que hasta guardar la digestión nos exaspera. Un ejemplo: el otro día en China un hombre agredió al que lo precedía en la cola del súper porque se retrasó en avanzar (estaba mirando una foto que le había enviado su hija por el móvil). Y claro, con la paciencia en la reserva, la tranquilidad, más que virtud, es un defecto. Así que, aprovechen, jubilados, que la ORA en los bancos del parque está al caer. Y lo siguiente será prohibir la muerte perpetua. Hoy en día definimos «Espera» como una porción de «Eternidad». Suerte que inventamos el café instantáneo para situaciones de emergencia temporal, que si no…

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