Opinión

Malos pensamientos

Si los pensamientos negativos contasen como grasa corporal tendríamos una cabeza inmensa. Esta obesidad cerebral estaría relacionada con todo lo malo que se nos pasa por la mente. Actuaría como “comida basura”: que te enfadas o te sumes en el pesimismo, pues nada, calorías a la materia gris, como si le metieras bollería o patatas fritas con mayonesa.

Por contra, los buenos pensamientos obrarían en favor de nuestra salud mental, igual que las frutas, los vegetales y todo eso que se conoce como dieta saludable para el páncreas, el corazón, el hígado, los intestinos, etcétera, etcétera...

El otro día pensaba yo en estas cosas mientras iba por la calle, y empecé a fijarme en las cabezas de la gente, en su dimensión, intentando ver si mi teoría de la gordura craneal asociada al pensamiento podía tenía alguna base empírica. Más allá de comprobar que el tamaño de las cabezas es más bien estándar, advertí que el rostro es, como dicen, la radiografía de la mente. A diario, desde que nos levantamos e incluso antes, nos invaden pensamientos que podríamos definir como “preocupantes”. Es como si, nada más despertar, nos inyectasen en el cerebro la “droga de la inquietud”. Nos sobresaltamos a la mínima, y pocas veces tenemos la paciencia suficiente para pararnos a analizar que no todo es blanco o negro y que hay una inmensa gama de grises, es decir, que el león de la vida no es tan fiero como lo pintan.

Pero nuestra naturaleza es así, qué le vamos a hacer… Nos pasamos el día en Modo Alerta. Solo los monjes del Himalaya y pocos más son capaces de poner la vida al ralentí. Y nosotros diremos en nuestro descargo: claro, esos monjes no tienen hijos, ni hipotecas, ni atascos (de tráfico), ni nada que altere su paz interior… Es cierto, pero también lo es que muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua.

De ahí lo de la obesidad craneal y los malos pensamientos. Al menos, en eso estamos bien construidos. Las neuronas no acumulan grasa por mucho “pensamiento basura” que tengamos. Puede que la negatividad nos pase factura en otros territorios corporales, pero, a simple vista, en el tamaño de la cabeza, no. Aun así, tranquilos, siempre podremos mejorar nuestras capacidades. ¿No hay gimnasios para estilizar la figura y recargarnos de salud? Pues igual hay en Youtube vídeos para entrenarse en pensamientos positivos. Eso sí: sin pensar mucho, que el cansancio psicológico agota un montón.

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