Opinión

Un telegrama, algarada en el Principal y el ferrocarril a Zamora

El Teatro Principal de Ourense fue durante largos años el escenario y exponente de la vida social y de las inquietudes de la ciudad, expresadas de modo diverso. Contaba Segundo Alvarado un divertido episodio del que fuera testigo su madre, en una función de teatro en la referida sala. Estaba la ciudad agitada a la espera de saber la suerte de las obras del ferrocarril Ourense-Puebla de Sanabria-Zamora, que, concebidas a mediados del siglo XIX y proyectadas en los años veinte, tardarían otros 40 años en concluirse. Era vital que aquellas obras se realizaran por el trabajo que proporcionarían y por la importancia para llegar a Madrid, sin tener que dar el rodeo por Monforte-León.

El Gobierno Civil había anunciado que se estaba esperando un telegrama del Gobierno desde Madrid, dando razón del inicio de las obras, por lo que en Ourense no se hablaba de otra cosa que del mencionado telegrama. En el Principal se representaba una obra de teatro de las de la época. En un momento dado, entra en escena el personaje de la criada que entrega a la señora un telegrama. Y para crear más tensión dramática, la actriz en cuestión, en lugar de abrir el telegrama, como era lo natural, se pone a pasear por la escena, al tiempo que dice: “¿Serán buenas noticias, serán malas, lo abriré, no lo abriré?” La tensión dramática se trasladó al público que empezó a revolverse deseando saber qué decía el dichoso telegrama y que seguía sin abrirse.Y surgió el chispazo genial del humor ourensano en las gradas del gallinero: Un espectador gritó a toda voz

desde general: “A ver si é o telegrama do ferrocarril”. Fue tal la explosión de risa, la algarada de la sala, que la función tuvo que ser suspendida porque ni los actores se atrevían a continuar, ni el respetable público que abarrotaba el teatro dejaba de reír, aplaudir al ocurrente espontáneo de general y celebrar su salida. La obra del telegrama fue retirada del cartel, y el realmente esperado nunca llegó.

La historia venía de atrás. En 1864 fue nombrada una comisión especial del Gobierno, para el estudio de la línea de ferrocarril Madrid-Vigo por Ourense y Zamora. Tardó un siglo en realizarse. El primer ferrocarril que entró en servicio en Galicia fue el que conectó Santiago con el puerto de Carril el 15 de septiembre de 1873. La línea que enlazaría Vigo con la Meseta, a través de Ourense, nacía pegada al puerto, pues para allí estaba prevista la estación, según el proyecto inicial. 

Es curioso que ahora, con el AVE, se escuchen parecidas objeciones a las que ya padecimos hace dos siglos para modernizar nuestro ferrocarril. Tuvimos que esperar a 1926 para que, en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, el Conde de Guadalorce incluyese ese tramo (Ourense-Puebla de Sanabriza-Zamora) en su Plan de Ferrocarriles.

Pero todavía pasarían algunos años hasta que entrara en servicio, tantos como 31, hasta que en 1957, Franco lo inauguró. 
Galicia no ha sido bien tratada dentro del esquema general de las infraestructuras ferroviarias en España. El perfil de la vía presentaba múltiples problemas, con frecuencia se caían las trincheras (el encajonamiento por el que pasa los convoyes) y, sobre todo, los deficientes drenajes y los numerosos acuíferos provocaban lo que los maquinistas llamaban “baches ciegos”, es decir, que al paso del tren no sólo los viajeros percibían la holgura de las juntas, sino que el terreno cedía, lo que era especialmente peligroso en una curva, debido a la fuerza centrífuga. 

Por seguridad, entre los años 40 y 60 los maquinistas evitaban arriesgarse a llevar los convoyes a las velocidades que marcaban los itinerarios debido a los perfiles de la vía y a su deficiente conservación. Prácticamente, ni en los tramos más rectos rara vez se podría llegar a los 100 kilómetros por hora en los trenes más veloces. En los años 70, la línea a Madrid por Puebla de Sanabria acumuló tal cantidad de siniestros que ante las protestas de la Cámara de Comercio de Vigo, que denunció el caso, el propio presidente de Renfe tuvo que venir a esta ciudad a disculparse.

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