Opinión

Obligados a explicarse y a entenderse

Las encuestas auguran malos vientos para el PP y los que mandan a nivel nacional, después de negar la mayor, tal vez porque no miran, y empujados por los dirigentes periféricos y que ven peligrar también lo suyo, van a encargar una macroencuesta que les diga lo que la calle piensa. Cuidado con los resultados porque no los carga el diablo sino los ciudadanos y muchos andan más bien cabreados. Desde los jóvenes a los pensionistas, pasando por los desempleados, sobre todo los mayores de 50, los autónomos, media Cataluña, los que quieren mano dura y los que la quieren más blanda, es decir, casi todos. Ayer mismo en la presentación de una revista sobre "La (R)evolución del cliente", alguien citaba la frase del presidente de una gran empresa funeraria norteamericana que decía que "el mejor cliente es el cliente muerto". Para los políticos españoles el mejor ciudadano es el que les vota y se calla, es decir el que solo resucita cada cuatro años, pero de esos cada vez quedan menos.

Todos los políticos tienen tendencia a creerse los halagos que les hacen y que son mentira las críticas de los medios o lo que dice la oposición. Incluso las encuestas salvo que digan lo que ellos quieren oír. Los políticos casi nunca escuchan la voz de la calle. Solo la de un pequeño círculo de unos miles de personas y todos, sin excepción se creen que "eso" es "la ciudadanía". Por eso luego se llevan las bofetadas. Ni escuchan ni preguntan ni se explican. Ni siquiera Podemos, que es populismo en esencia, se escapa de eso. Cuando lo que pasa no coincide con lo que ellos piensan, el equivocado siempre es el otro.

No digo yo que el votante siempre tenga la razón, porque no es así. Hay hechos históricos que demuestran las atrocidades que han cometido los ciudadanos dando el poder a quien quería destruir la democracia y la libertad. Pero las urnas son casi todo menos caprichosas, aunque a veces castigan en lugar de premiar. Si el PP sigue encerrado en sí mismo sin ver lo que pasa -con el poder absoluto en manos de una sola persona que no está obligado a dar explicaciones a nadie y sin nadie, entre los que comparten el poder del partido, que las pida- lo más fácil es que los ciudadanos les manden a casa a la primera oportunidad. Los "clientes", es decir los ciudadanos, pero también los medios de comunicación, las organizaciones y los activistas sociales, los que mueven las redes, los empresarios, los autónomos, los pensionistas y todos los grupos que ustedes quieran están hoy mucho más interconectados que nunca y son capaces de amplificar y convertir en una crisis profunda lo que sólo parece una incapacidad para alcanzar acuerdos.

Si el PP no es capaz de hablar con la izquierda constitucional para buscar pactos de Estado y reformas urgentes y duraderas en asuntos clave y Ciudadanos se suma al bando "rebelde" para acelerar la convocatoria de elecciones, pensando que le puede favorecer, la gobernabilidad del país va a tener un serio problema, pero el Partido Popular lo va a tener mucho mayor porque está mandando un mensaje permanente de tener cerradas las puertas. Si ignora a los "ciudadanos- clientes" y no tiene un relato cercano y positivo, las encuestas tampoco servirán de mucho. El problema es de fondo.

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