Opinión

Un día otoñal

El día está gris, el otoño anuncia su llegada con suavidad, el color de la naturaleza ha mudado lo verde por una combinación de ocres con tonalidades amarillas y un naranja que alcanza gamas rojizas; ha sustituido su traje, conservando la armonía de lo bello. Y lo ha hecho sin haber alterado el orden cósmico y sin haber puesto en peligro la vida de los seres que la configuran. ¿Puede el ser humano hacer lo mismo?

¿Puede el NO es NO transformarse en un SI sin lesionar gravemente las estructuras del PSOE? ¿O tal vez una vergonzante abstención sería menos dañina? La herida ya está abierta y la infección empieza a gangrenar las extremidades socialistas. La militancia está cabreada, los votantes confusos, los territorios enfrentados y la lógica superada; la decisión, sea la que sea, siempre será traumática. Ni la cirugía ni la oración ni los sacrificios ni la penitencia… son buenos tratamientos en esta fase de descomposición. Solo una catarsis sería el preludio de un doloroso renacer.

¿Puede una abstención vergonzante amnistiar a una organización presuntamente delictiva? Quizás actúe como una droga y produzca un lavado neuronal que hipnotice a las masas y las haga desfilar en una procesión de zombis desamparados. Ni Crespo ni Bárcenas ni Sanchís ni Álvaro Lapuerta ni Francisco Correa ni las black ni la Púnica ni Taula… ni todos los casos que se puedan enumerar harán mella en la coraza inexpugnable del líder conservador, sus electores están inmunizados contra cualquier argumento ético o moral. Solo la matanza de los inocentes puede socavar los cimientos de su búnker, hábilmente construido por un poderoso entramado mediático.

¿Puede Donald Trump llegar a presidente de EEUU? Todo es posible, ¿no ha conseguido ser candidato del Partido Republicano? Una ola de absurdos silogismos invaden el pensamiento de cientos de millones de seres humanos mezclados con la ignorancia, el odio, el egoísmo, los intereses… el miedo; aderezado todo ello en la coctelera de la mentira hábilmente manejada por quienes controlan el mundo: los integrantes del foro Bilderberg.

¿Cómo es posible que asistamos impasibles ante la hecatombe humana de Siria, del Mediterráneo, del Yemen, de los cientos de desaparecidos, de la violencia machista, del acoso infantil, del comercio de seres humanos, de la degradación social, del hambre de África, de la destrucción de la biodiversidad…? Hay una única respuesta el dominio del becerro de oro, el culto al dinero.

Sin embargo es hermosa la vida, es un privilegio ser espectador de los cambios estacionales, de disfrutar del paisaje, de integrarse en un todo donde la armonía sigue al alcance de aquellos que controlan sus instintos depredadores; porque, como afirma Chuang Tse: “El ojo penetrante puede ver con claridad;/ el oído agudo oye bien;/ la nariz que discrimina distingue los olores;/ la boca con buen paladar disfruta de los sabores;/ el corazón que siente profundamente posee sabiduría y la sabiduría que hiere en lo vivo es Virtud.”

También es posible que la Virtud nos dé las respuestas.

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