Opinión

Guiñoles diabólicos

La disputa entre el bien y el mal es tan antigua como la existencia de la razón; la humanidad ha cometido el pecado original en el instante en que ha sido capaz de aspirar a una eternidad asequible al chantaje emocional y, en términos más vulgares, al poder de la riqueza. Para ello ha creado dioses y demonios que resuelvan los conflictos de la humanidad con el entorno y consigo mismo, a cambio de la entrega de la voluntad y del pensamiento. La guerra, nunca resuelta, entre lo positivo y lo negativo ha escrito la historia y condicionado los avances científicos en busca del elixir de la eterna juventud.

Bombas para matar yemeníes a cambio de trabajo. Fábricas de muerte en una hipócrita venta de armas para la paz. Mercados de esclavos en aras de la libertad. Impunidad del poder en el crimen del imperialismo agresor. Alcaldes progresistas defendiendo el derecho a comprar la subsistencia al precio de la dignidad. Gobiernos de izquierdas mercadeando en el fango de la guerra. Violencia en el hogar, fruto de la muerte del amor. Acoso al débil en busca de victorias trascendentes. Miseria y mediocridad en un fingido éxito. Banalidades convertidas en asesinatos de inocentes víctimas. Teorías enfangadas en intereses espurios de difícil justificación.

En la oficina, en el trabajo, en la cafetería, en la calle, en el bar…, en cualquiera conversación, tertulia o debate: ¿Qué tal has pasado el fin de semana? Fatal, no he dormido nada, con el ruido de la “movida” y el cabreo por la derrota del Madrid. ¿Te has fijado en la cantidad de agua que ha llovido en dos horas? ¡Cómo no me iba a enterar si se nos anegó el garaje! Mientras conversaban tiraban las colillas de sus cigarrillos al suelo, el envoltorio del azucarillo iba igualmente al suelo y la servilletas usadas volaban a su albedrío. Los dos contertulios habían usado una bolsa de basura donde se habían introducido todo tipo de desperdicios, habían desayunado pan de molde con mantequilla, beicon y una copa de aguardiente. Habían leído la página de deportes y obviado todas las noticias relacionadas con los acontecimientos políticos. Se me ha hecho tarde, me voy. Se despidieron y cada uno de ellos montó en su coche y a gran velocidad se dirigieron a sus trabajos.

En un rascacielos de la Quinta Avenida neoyorkina, en un despacho lujoso y espacioso, se reunían cinco personajes representando a las familias más poderosas del planeta; Rothschild, Rockefeller, Morgan, Du Pont y un miembro de la familia Bush. Es imprescindible que continúe el conflicto en Congo y seguir con la extracción del coltán a coste cero e impedir que China se relacione con alguno de los gobiernos de la zona. Para ello es necesario armar la guerrilla y al ejército. Todos hicieron un gesto de asentimiento. Creo que es preciso que el gobierno israelí siga en buenas relaciones con los saudíes, siga bombardeando el territorio sirio y masacrando palestinos; al mismo tiempo que los yemeníes sigan sufriendo las consecuencias de su alianza con los iraníes. Para ello hemos de financiar el rearme de ambos, me refiero a Netanyahu y a Abdulaziz. Debemos estar satisfechos, Donald está cumpliendo fielmente con sus compromisos, todo va según lo hemos programado y a Putin habrá que recordarle Chechenia, Osetia e Ingushetia. 

El mal se impone; hambre, desolación, miseria, guerras, enfermedades, plagas, contaminación… Las masas son manejadas por los hilos de siniestros esclavos; el escenario es aparentemente caótico. La selección está hecha, quinientos millones de habitantes son suficientes; los demás, restos del naufragio. 

La selección española ha ganado por goleada. Hoy he comido salmón. En navidades viajaré a Canarias. ¿Lloverá en Semana Santa? La niña hará la primera comunión. Todo previsto, el guiñol está montado, ¡la colilla al suelo! Y la tragedia continúa. 

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