Opinión

Mensaje encriptado

Los dedos, torpes y lentos, se niegan a seguir los dictados de una conciencia que se ancla en los submundos de la memoria. Quizás temerosos de participar en un baile de vampiros inexistentes que profundicen en la búsqueda del cogollo de la cebolla, que tan dolorosos recuerdos almacena en el mar de los sargazos. Un mensaje encriptado se ofrece como sacrificio a los diez esclavos de la carne, en la seguridad de que esto será suficiente para alejar sus temores. 

Un agobiante fascismo empapa de miedo y odio las relaciones sociales; nadie está a salvo de ser acusado de traidor, comunista o masón. Por contraste los jóvenes cachorros juegan en las calles, plazas, parques y jardines; ajenos a una realidad que asfixia a los jóvenes que anhelan un soplo de libertad. Enlutados personajes se ofrecen para guiar a las futuras generaciones hacia un futuro tenebroso. Mientras tanto los azules ofrecen los rayos del Sol como trofeos de los ganadores del baile de la muerte. Oscuridad en la luz, tinieblas en la esperanza. Soledad en la palabra. Tristeza en los corazones. La fe, un consuelo.

Combate de dogmas, el triunfo de la nada. La Historia como referente de la heroicidad redentora. Nuevas ovejas balan  temerosas de un final sin trompetas; el cancerbero vigila la pureza del dictado; los herejes arden en el fuego purificador del pecado cometido. ¿Huir? ¿A dónde?

Sacrificios, entrega, el clan exige la inmolación de nuevos  mártires  en un sangriento festín donde los espíritus vagan a la espera de una redención eterna. El fascismo se enquista en las superestructuras bunkerizadas  de una oligarquía camaleónica. ¡¡¡Libertad!!! Gritan desaforados los hijos de la Tierra, ¡¡¡Pan y trabajo!!! Claman los pobres del mundo. ¡¡¡Igualdad y democracia!!! Exigen los aspirantes a la ciudadanía.

Soledad en un mar de cabezas llenas de dudas sobre la existencia. La certeza de la muerte se palía con la alegría de haber amado. Brotes de ilusión jalonan los caminos de espinas en una senda de misterio y aventura. Puedo afirmar ¡¡¡He vivido!!! Un instante, una ficción, un recuerdo, la semilla energética  de la integración en el Todo. 

La palabra, siempre queda la palabra, limpia, etérea, inmortal, eterna…La humanidad ha sido creada para magnificar al creador, pero se ha entregado al becerro de oro en un pantagruélico ágape de pornográfica podredumbre.

Los dedos se adormecen, se niegan a seguir, se han agotado, no quieren sufrir. Pongo fin a este texto encriptado que solo tú puedes descifrar ¿Es un sueño, el vivir?

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