Opinión

Reflexión temporal

El Bhagavad Gita es un texto sagrado hinduista considerado uno de los clásicos más importantes del mundo, en él se afirma que la verdadera iluminación proviene del crecimiento más allá de la identificación con el “ego”. Solo seremos capaces de identificarnos con la verdad de nuestra inmortalidad si conseguimos separarnos del sentido material del “ego”, solo así podremos entrar en el reino de lo Supremo. 

Hoy es oficialmente un día de reflexión; parece ser que para muchos, los otros días se consideran irreflexivos porque el pensamiento está condicionado por el interés y por impactos emocionales que nos impiden actuar racionalmente. Mañana, día de votaciones, es especialmente una jornada donde se configura la participación individual con la voluntad de las masas; es un día de ensalzamiento del ego condicionado por la voluntad colectiva. Se someten a juicio del elector las propuestas programáticas de aquellos que aspiran a gestionar gran parte de nuestras vidas. La grandeza de la democracia es poder elegir, incluso a los peores, y hacerlo obligados por la reflexión que, al menos por un día, libera nuestra conciencia. 

Ya en el siglo XVII había una dicotomía entre pensadores como Jacques B. Bossuet, que afirmaba que nunca el destino de los pueblos debía de estar en manos de las masas, siendo los monarcas quienes debían tener un poder sin límites, y otros como John Locke, que defendieron que el poder emanaba del pueblo y siempre se debían respetar los derechos de los ciudadanos. 

En la actualidad la división continúa; hay quien cree que el voto es un trámite burocrático obligatorio post-reflexivo, otros afirman que es un mandato que los ciudadanos depositan sobre los electos para que cumplan con su compromiso programático y también hay quien afirma que las estructuras de poder residen en el sistema financiero y los ciudadanos no tienen opciones a participar en la toma de decisiones, sobre las que, una vez ejercido el voto, no pueden controlar. 

“Schopenhauer sostuvo que mediante la introspección era posible acceder al conocimiento especial del Yo, e identificó a este con un principio metafísico que denominó voluntad de vivir” (cita de un excelente trabajo de mi amigo Abel Rubio). Solo aquellos que controlan su “yo” están en condiciones de alcanzar el conocimiento para exigir el exacto cumplimiento del contrato que se establece entre el electorado y los candidatos electos. Son esos electores los legitimados para indignarse cuando se ha vulnerado el deseo mayoritario expresado en el voto. 

Si la democracia no garantiza la voluntad de los pueblos, su esencia queda deslegitimada y consecuentemente no es una auténtica democracia. La tutela normativa y el poder financiero encorsetan los sentimientos y deseos de los que aspiran a participar activamente en la evolución hacia una sociedad más justa y más libre. Los procesos evolutivos no pueden interrumpirse sin que se produzca un trastorno de consecuencias incontrolables. Hemos de reflexionar en cada día del año, hemos de exigir trasformaciones en las leyes que profundicen en los derechos individuales en armonía con las coberturas sociales. 

Creo que hoy es un hermoso día para comenzar a caminar hacia el triunfo de las conciencias. La participación de todos crea una comunión de ideas que nada ni nadie será capaz de controlar. En el libro de Chuang Tse aparece una pregunta cuya respuesta nos hará entrar en el reino de lo supremo: ¿Cómo es posible que el sabio se pueda sentar al lado del Sol y la Luna y abrazar al Universo?, la respuesta es sencilla: porque armoniza todas las cosas, rechaza las diferencias y la confusión e ignora los honores y el poder”. Está escrito en el siglo IV antes de Cristo.

¡Reflexionemos en libertad!

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