Opinión

Una fecha guardada a buen recaudo

Treinta y cinco, edad estupenda para un poeta. Los cumplo hoy, tarde, mal y a rastro. Y arrastro, de hecho, cumplidos y males, a partes iguales. Que somos los poetas incapaces de entregarnos al solaz de la rimita, sacando siempre nuestra varita. Leo en tan señalada onomástica la historia que dejó escrita Don Fernando Fulgosio, que me está ayudando en estas noches a descubrir inéditos detalles de toda la provincia, y no deja de asombrarme el poderío catedralicio de antaño. Hubo un tiempo en que todo quedaba religiosamente registrado entre los muros de las iglesias, impermeables a toda ordinariez posmoderna. Mi partida de bautismo estaba llena de errores, pero estaba, que no es poco. Si la hubiera tenido que guardar yo habría terminado en el mismo lugar que las llaves de casa, que anoche tuve que entrar otra vez por la ventana, poniendo en alerta a todo el parque de bomberos.

Archivos

La conservación de archivos resulta un tema de lo más problemático aquí. Por lo visto, hay archivos que llevan años muriéndose sin que nadie haga nada, además de quejarse. Para que luego digan  que no es preferible recortar en Cultura que en Sanidad: si en vez de un archivo fuera un paciente, estaría muerto. 
Lo más complicado de los archivos es decidir el modo en que vas a ordenar esa montaña de papeles. Yo soy partidario del orden alfabético porque así ya sabes perfectamente cómo debes hacer para perderlo todo. 

Borrar datos

Digitalizar y pasar a ordenador el contenido total de un archivo es otra manera de garantizar que podrás destruirlo rápido, tan solo apretando un botón. Quieras o no. 

Datación

A mí me resulta muy práctico celebrar cada año mi cumpleaños -que es un hecho que además se produce solo una vez al año y de manera anual- porque casi siempre se me olvida mi fecha de nacimiento. Siempre que me la preguntan, entre en cortocircuito y solo me salen el pin del móvil, la calle en la nació mi padre, o el nombre de mi mascota favorita. 

La fecha

No estoy seguro del proceso que hace que, así de pronto, nazcamos, y quede reflejado en los papeles para la posteridad. Pero de lo que no hay duda es de que, desde hace ya unos años, todo el tema de decidir cuándo se nace, y las fechas de cumpleaños, lo gestiona directamente Facebook, que se sabe todos los cumpleaños del mundo, incluso lo que no le interesan a nadie en absoluto. 

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