Opinión

Jesús hombre condenado a muerte de cruz

Dos mil años después se sigue conmemorando o disfrutando de la de Semana Santa en recuerdo de lo sucedido el viernes 13 del mes Nisan, víspera la Pascua Judía (por los estudios que se tienen correspondería a nuestro 7 de abril del 30) cuando Jesús de Nazaret fue condenado a muerte en la cruz, lo que se hizo sin dilación al medio día y expiró hacia las tres de la tarde, curiosamente en el momento en que según la Pascua Judía todo lo fermentado debía desaparecer de la casa para dar paso al "día de ázimos".


Su mensaje ha sido desvirtuado en miles de ocasiones, y en su nombre se han perpetrado las peores fechorías, cuando precisamente Él durante toda su vida predicó el amor al prójimo, la libertad, la paz, la verdad, la honestidad, la igualdad, y en un mundo en el que la mujer no era tenida en cuenta Él busco equipararla con el hombre. En su entorno, al margen de los apóstoles, vemos mujeres que le acompañan y a las que trató con normalidad escandalizando a los de su época, durante su vida lo vemos hablando incluso con prostitutas. Durante su agonía y muerte en la cruz sólo un hombre Juan, el resto tres mujeres, que no tuvieron miedo y estuvieron hasta el final, buscando quien le diese sepultura y siendo las primeras en ir el domingo al sepulcro donde comprobaron que a pesar de la vigilancia romana estaba vacío.


Millones de hojas se han escrito sobre Jesús de Nazaret, unas llenas de halagos que llegan al ridículo, otros que emanan odio por todas partes. Nadie pone en duda que su mensaje no ha dejado indiferente a nadie, siendo en muchas ocasiones motivo de escarnio, burlas e incluso de insultos, no menos se puede decir de la actuación de muchos de sus partidarios que olvidaron su mensaje de liberación imponiendo por la fuerza sus palabras convertidas en dogmas, y  llegando a sectarismo que se critica cuando son otros los que lo hacen. Posiblemente los creyentes deberían ser fieles a las palabras del Papa Francisco: “La pasión y la muerte de Jesús y las frustraciones de tantas esperanzas humanas son el camino real a través del cual Dios obra nuestra salvación. Un camino que no corresponde a los criterios humanos, es más, los abate", los no creyentes que piensen en las palabras de Jesús, y si actuarían así con otra religión.

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