Opinión

Santo Adalid

Santiago el Mayor, hermano de Juan, es el Patrono de España, Galicia y también del Arma de Caballería, reflejado en la estrofa final de su himno: “Sables bizarros, bravos lanceros, que en el combate lucháis tercos y fieros… Un grito pone fin a la hazaña, con nuestro lema ‘¡Santiago y cierra España!”, lema muy conocido en la Edad Media española, festividad que celebran en todos los cuarteles y allá donde se encuentre un militar de caballería. Murió decapitado por orden de Herodes Agripa en Jerusalén entre los años 41 y 44.

Evangelizó Hispania, según la tradición, y sus discípulos fueron los que continuaron cuando Santiago regresó a Jerusalén. En Roma, San Pedro ordenaba a siete como obispos, son los siete Varones Apostólicos que la tradición los sitúa con Santiago en Zaragoza cuando la Virgen María se apareció en un pilar. La tradición-leyenda dice que dos discípulos, Atanasio y Teodoro, trajeron su cuerpo (conservado de alguna manera) por mar hasta Galicia, y lo habrían enterrado justamente en Iria Flavia, donde el obispo Teodomiro lo halló en el siglo IX. Años más tarde, en el 813, reinando Alfonso II el Casto, un ermitaño llamado Paio (Pelayo) le dijo al obispo gallego Teodomiro que había visto unas luces merodeando sobre un monte deshabitado. Hallaron una tumba, probablemente de origen romano, donde se encontraba un cuerpo decapitado con la cabeza bajo el brazo. El rey Alfonso ordenó construir una iglesia encima del cementerio (compositum), origen de la Catedral de Santiago de Compostela (Santo Jacob del compositum). Otros sostienen que Compostela proviene de “campus stellae” (campo de las estrellas), por las luces que bailoteaban sobre el cementerio.

La historia real de lo que el Apóstol Santiago ha significado y significa para Galicia, España, Europa y Occidente es lo que ha llegado a nuestros días por el camino, caminos: la cultura conservada por los monjes a lo largo de ellos, y transmitida por los peregrinos que deseaban-desean oír al llegar: “Santo Adalid… Las armas victoriosas del cristiano, venimos a templar, en el sagrado y encendido fuego, de tu devoto altar”. El camino francés nace en París, en la Torre de Santiago, conservada como hace cientos de años. Curioso... siguiendo la Vía Láctea se llega a Santiago de Compostela.

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