Opinión

Bla, bla, bla

Si uno tiene un dolor de cabeza o un magulladuda en una pierna y entra en internet a consultarlo es fácil que salga convencido de tener una enfermedad terminal. Es sencillo, todo los síntomas bien argumentados pueden llevar a la conclusión que se quiera sin tener que mentir. Otra cosa es que el argumento sea mal intencionado o interesado.

Ese problema es que tiene el COB. Quienes lo niegan o interesadamente tratan de enterrarlo solo necesitan dos caminos. El primero, no nombrar ninguna de sus virtudes. El segundo, argumentar un enfoque opuesto al deseado utilizando distintos valores.

Es decir, si el COB moviliza a un numero de espectadores a lo largo de una temporada exageradamente superior al de cualquier otro espectáculo deportivo o cultural que sí recibe ayudas públicas ese aspecto no se nombra. Si tiene una promoción publicitaria diaria y tangible, tampoco. Si juega al mismo deporte y en la misma categoría que otros clubes que sí tienen ayudas, más de lo mismo.

El segundo paso es más sencillo todavía. Recitar de memoria destinos más populares a lo que se podría destinar la ayuda económica. Eso así, obviando la verdad y no diciendo que negárselo al COB no implica que esas cantidades vayan a otro sitio si no que simplemente se quedan en un cajón. Y obviando también que en otras ciudad las necesidades sociales son exactamente las mismas y nadie pone en duda la importancia de tener clubes que precisamente ayuden a muchos a estar un poco mejor. Al menos tener algo con lo que ilusionarse. En Ourense vamos en dirección contraria. Serán todos los demás los que están equivocados. Pobres.

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