Opinión

Cada lunes

No ha tenido que ser fácil para mis padres aceptar que quería dedicarme a esto". Dicho así incluso suena temerario. Supongo que no lo era tanto cuando se volcaron cada día para que la apuesta saliese bien. Porque lo fácil era lo de ayer. Lo complicado está detrás. Muy atrás.

Valdrá la pena. Porque esto solo acaba de empezar. El deporte no entiende de lógicas pero tiene tan buena pinta ese equipo (familia) con campo base en Maceda y maleta y pasaporte desgastados que no se puede pensar en nada más que en éxitos. Y no necesariamente victorias. A veces el éxito está lejos del podio, aunque cuesta más verlo y mucho más reconocerlo. A veces el éxito está en el abrazo de un padre, en la mirada orgullosa de un hermano o en el entrenador que mantiene la distancia porque ya no comparte equipo pero siempre será suyo.

El éxito también puede estar en el chaval que te idolatra porque le has marcado el camino y que ahora te lo sigue. El mismo que colecciona medallas compaginándolas con cursos académicos impecables que quizá lo lleven más cerca de la medicina que de la bicicleta pero con el éxito bajo el brazo en los dos casos.

O el que te mira y te dice desde lejos: "¿Qué che parece?" Y saca pecho porque entre tantos podios el más merecido es el suyo. Aunque no lo hubiese. El del club que dirige y el de la villa de la que presume. Porque este fin de semana era para lucirse, y también para eso hay que valer, pero lo complicado está mañana, y el próximo lunes y el siguiente. Haga sol o llueva. Siempre en silencio. Porque el éxito no es cuestión de un día.

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