Opinión

¿Hacemos algo?

Costará acostumbrarse de nuevo a los domingos sin fútbol que echarnos a la boca. Partidos hasta en la sopa y cada uno que sirva cuantos platos quiera, pero sin confundir nunca el ánimo con la intimidación, la alegría con la burla o la frustración con la agresividad.

El domingo fue en Eiroás, en un Covadonga-Pontedeva, pero es solo el último de un listado interminable y recurrente cada temporada. Una jugada polémica y se enciende la mecha. Un árbitro obligado a dirigir el resto del partido con miedo y al que le cuesta abandonar el campo cuando señala el final.

El listón de la permisividad no lo marca la agresión física. Ni mucho menos. Empieza por acabar, por fin, con las amenazas, los insultos y las intimidaciones que escuchamos en el derbi de baloncesto de turno, el partido por el ascenso de fútbol sala o por la permanencia de hockey hierba.

Una pena que solo los vídeos de aficionados o las fotos puntuales de gestos vergonzantes nos hagan reflexionar sobre cómo enfocamos nuestra pasión.

¡Basta ya! De engañar y de tirar la piedra al de al lado para subrayar la paja en el ojo ajeno y obviar la viga en el propio. De cruzar los dedos para que los medios de comunicación no nos enteremos en vez de ayudar a informar y expulsar a los que sobran. De ser tibios en las sanciones.

Que a toque de 2017 un aficionado dude si puede llevar la camiseta contraria al campo rival o si un jugador se mide celebrando con euforia un gol cuando ejerce de visitante suena rancio, incomprensible, lamentable.

El fútbol y cualquier deporte, es de los que ya están, pero sobre todo de los que están llegando. Que no tengan que ver o escuchar barbaridades en cada campo al que van o los llevamos. Ni un gesto más de complicidad con el que insulta a nuestro lado. Afeemos al que amenaza. Los hooligans hace tiempo que pasaron de moda. También los que se sientan en las oficinas, en los banquillos o incluso se calzan las botas.

Fuera con ellos y empecemos por nuestros campos. No señalemos la televisión cuando hay bárbaros con los que tomamos café o nos cruzamos en el portal. Contundencia por parte de los que mandan y congruencia en los que dirigen. Que no hagan falta vídeos para limpiar el fútbol. Que no nos lo cuenten. No miremos hacia otro lado, esto es cosa de todos. ¿Hacemos algo?

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