Opinión

Entrañable Lina Morgan

Por una cosa me alegro y es porque allá en el cielo hará reír a todos cuantos amigos allá tenemos. La genial, entrañable, única y divertida Lina Morgan nos ha dejado. Una persona cercana, dedicada siempre a hacer felices a los demás, como aquel pregón que pronunció en el Ayuntamiento de Madrid hace años. Una triste noticia para los españoles, que se añade a las zozobras en tiempo de crisis. Cuando este país, que se vuelve taciturno, más la necesitaba se nos va la sin par protagonista de “Royal Manzanares”, entre otras muchas actuaciones.

Y nos deja tristes porque acaso es la última cómica de aquella pléyade de cómicos (actores y actrices) que durante el siglo XX nos alegraron la vida poniendo esa pizca de miel en nuestras vidas y que tal vez las nuevas generaciones infravaloran llamando con una frase despectiva, y para mí inadmisible, "españoladas". Aún no tienen sucesores en la actualidad. Era el humor sencillo, simple, pícaro y ocurrente que provocaba la sonrisa y facilitaba la felicidad en momentos inolvidables.

Lina Morgan era de esas personas que con sólo su imagen captaba la atención. Transmitía con todo el cuerpo; sus gestos eran todo un poema y me admiraba como sus piernas parecían de goma haciendo con ellas juegos increíbles. Sus ojos hablaban solos, consiguiendo que su rostro fuese de lo más expresivo. Acompañaba a su humor la picardía y los sugestivos gestos. Un verdadero genio que posiblemente nunca valoraron los granes de Hollywood. Con bastante menos méritos han obtenido otros premios que ella merecía como nadie. Pierde la escena española un personaje inigualable.

Y el dolor es grande porque bien creo que estamos hartos de noticias malas, de filmes de guerra y sangre, de complicados programas que lo único que consiguen es que nuestro sueño sea más frágil, las pesadillas más frecuentes y la sonrisa brille por su ausencia. Necesita este mundo una gran dosis de humor, más relax, mucha más calma, más sonrisas y carcajadas y menos complicaciones, que hoy en día son tantas. Y añora muchos más sentimientos, muchísima más bondad. Como brotaba de Lina Morgan transmitiendo humanidad por sus poros y ganando a cuantos la veían actuar porque sabía conectar con el público, miraba de frente con una mirada limpia y alegre.

Se va de nuestras pantallas la emoción más humana y también la clase y estilo irrepetible. Decía al comienzo que me alegraba por los que la acompañarán en el cielo sin duda porque creo que cuantos lograron hacer felices en la tierra ellos lo serán allá. Allí me imagino, entre otros, a Rafaela Aparicio, José Luis López Vázquez, Pepe Isbert, Gracita Morales, Paco Martínez Soria, Mary Santpere, Alfredo Landa, Juanito Navarro... y se me quedarán muchos en el recuerdo.

Porque me da la impresión que en esto de la escena nunca se valora en su justo lugar a la comedia y al humor. Como si los que se dedican a este género fuesen de menos categoría. ¡Craso error y tremenda injusticia! Y esto incluso a nivel mundial, recordando casos como Chaplin o Woody Allen y pocos más. Y en este género España siempre ha contado con grandes genios que son fiel reflejo del ser hispano, por naturaleza chispeante y alegre. Es necesario que nunca se olvide esta idiosincrasia española que tiene su mejor exponente en estos casos que señalamos.

Descanse en paz la buena actriz, excelente cómica y gran persona que era Lina Morgan. Nos quedan las grabaciones, los filmes y series que protagonizó y que seguiremos proyectando para poner esa pizca de miel en esta vida tantas veces avinagrada.

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