Opinión

Mirando a Madrid

Posiblemente las consultas de ayer en Galicia y en el País Vasco hayan sido las más atípicas y condicionadas de toda la historia democrática de España. Las consecuencias de ambos resultados sin duda van a condicionar en gran parte la gobernabilidad de este país. Al igual que hicieron en su día los andaluces olvidando la suma gravedad de los ERE y reeligiendo al PSOE una vez más, los gallegos y vascos “con la nariz tapada”, en feliz frase, hemos vuelto a las urnas, renovando a Núñez Feijóo por tercera vez. Pese a la mínima bajada de la abstención, menos Ourense, por cierto.

Y los resultados ahí están indicando a Madrid y erigiéndose en el motor de una política tan esperpéntica como la que estamos viviendo desde casi hace un año. Veremos ahora los resultados. Las encuestas esta vez han acertado y, por lo que se refiere a Galicia, se ha depositado la confianza nuevamente en Alberto Núñez Feijóo, buen gestor que se ha librado de la corrupción. Éxito de En Marea y fracaso de Ciudadanos que permanece fuera de los parlamentos gallego y vasco. 

Pero las causas de este resultado, al menos para mí, están muy claras. Es el descontento y el recelo ante los partidos emergentes pero sobre todo es la división y rencillas internas de los partidos. Es fundamental la unión y, sobre todo el PSOE y En Marea han ofrecido un espectáculo nada atrayente. Todo lo contrario. Continuas disputas, afán de protagonismos, cicatrices mal cerradas y un sinfín de tristes ejemplos que han retraído a los votantes. Pese a ello han obtenido un resultado similar con los socialistas.

Mal le va al PSOE y peor le irá si sigue permaneciendo en la lucha fratricida y si se niega a la marginación de actuales líderes sin carisma ni atractivo político. Ahí está una causa a la que se suma, sin lugar a dudas, esa división nacional en torno a las líneas seguidas por Ferraz. La postura de los barones socialistas está siendo cada día más clara en contra de Pedro Sánchez, empecinado en un “no” que le está llevando a obtener los más bajos resultados de la historia de su partido. ¿A dónde pretende llevarlo? ¿A otro final como el de la UCD? Los toques de atención en reiteradas consultas populares son todo un clamor. Desoírlo le llevara al anonimato y tanto Galicia como el País Vasco han hablado y muy claro. Falta que lo entienda.

Falta la pregunta del millón. ¿En que viajará Feijóo hasta la Moncloa? ¿A pie como peregrino, en bicicleta o en avión para llegar antes?
 

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