Opinión

Una mujer única y querida

El 16 de octubre cumplía 88 años la gran Carmen Sevilla, en ese mundo en el que vive desde hace años en silla de ruedas y sin reconocer ni a los más allegados. ¡Maldito alzhéimer que tantos destrozos está causando! Una enfermedad que hace sufrir a cuantos hemos tenido muy cerca a personas queridas. 

María del Carmen García Galisteo, sevillana de nacimiento pero patrimonio de España, ha cubierto una época en la que se fue ganando el cariño de todos, ya sean compañeros de trabajo o el público en general. Comenzó con Imperio Argentina, Estrellita Castro y con la gran doña Concha Piquer. Cantó de todo: coplas, boleros, chotis y hasta tangos y pasodobles, incluso en la televisión norteamericana. Y narró comienzos de año con las uvas desde la Puerta del Sol.

Recorrió los más variados escenarios ya en la península o al otro lado del Atlántico, con decenas de películas, telenovelas, programas de TV, teatro… Canciones muchas de ellas dirigidas por su primer marido, Augusto Algueró, de quien tuvo su único hijo. Después se casó con Vicente Patuel, que murió de infarto y con quien vivió momentos felices con sus célebres “ovejitas” en Herrera del Duque. En 2010 tuvo que dejar repentinamente Cine de Barrio, que presentaba de manera tan peculiar, por el diagnótico de la enfermedad que la tiene retirada en una residencia de Aravaca donde desde 2015 vive en ese mundo tan misterioso.

Fue única, codeándose con artistas mundiales como Charlton Heston, Vittorio de Sica o Raf Valone desde aquel célebre filme “Violetas Imperiales”, junto a Luis Mariano, en 1952. Su amor a España le hizo rechazar un contrato por siete años con un estudio de Hollywood, sí participó en “Rey de Reyes” como María Magdalena. Todos estos datos de su vida están bañados por su estilo especial y una humildad fuera de serie conectando como pocos con la audiencia que le seguía.

Fruto de un mal endémico de este país se minusvaloraron a actores y actrices de una inmensa categoría calificando despectivamente sus obras como “españoladas”. ¡Tremenda injusticia! para verdaderos genios que de haber nacido allende los mares a lo mejor hasta eran premios Nobel. Carmen Sevilla es portadora de numerosas condecoraciones y bien creo que se merece mucho más y sobre todo el reconocimiento de ese sector que va de “progre” ignorando los valores de toda una pléyade de grandes actores y actrices.

Sé que me olvidaré de muchos, pero ya me dirán si no merecen toda la categoría López Vázquez, Rafaela Aparicio, Alfredo Landa, Pepe Isbert, Lina Morgan, Lola Flores, Fernando Rey, Concha Piquer, Paco Martínez Soria. Fernán Gómez, Amparo Rivelles y muchos más. Ya sé que me he dejado a una y lo siento, pero su carácter y soberbia conmigo no iban…

¡Carmen Sevilla! qué gran persona y actriz que se ha introducido en el corazón de gran parte del pueblo español! Recuerdo siempre sus lágrimas y el cariño al besar el ataúd de su ex esposo Augusto Algueró. Cuentan los que la visitan en su residencia que, sin conocerles, nunca pierde la sonrisa y la belleza que la adornaba junto a ese gran misterio que esconden todos los enfermos de esa dolencia de moda. Muertos para la sociedad pero muy vivos a la hora de la expresividad de todo su ser. Es muy duro llegar y que un ser querido te desconozca y diga “vete fuera de mi casa”…

Pero estas personas merecen, siguen mereciendo, nuestro cariño, la cercanía cada vez mayor y ese beso en el que va el verdadero amor y el reconocimiento más sincero. Cuidar a una persona con alzhéimer y visitarla, en este sentido, es la más reconfortante acción, aunque al salir tengas que secar tus lágrimas.

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