Opinión

Galicia mejoró en Europa pero volvió a caer

La economía de Galicia tuvo fases de mejora, tras la adhesión a la Comunidad Europea, pero con la crisis volvió a caer. En 1995, el producto interior bruto (PIB) por habitante de Galicia, medido en paridad de poder adquisitivo con respecto a la media de la Unión Europea, era de un 75%, porcentaje que creció hasta su máximo del 89/90% en 2008, tras haber pasado por un 80% en 2003. En 2015 retrocedió para volver al nivel de 2003. Quiere eso decir que entre los años 2003 y 2014 –11 años– un ciudadano gallego perdió todo lo que había mejorado en el contexto europeo. En los años más duros de la crisis –repletos de paro, devaluación salarial, recortes y desigualdad–, perdió 9 puntos, es decir, un 10% respecto a lo que tenía en 2008.

España, por su parte, tenía en 1995 una posición del PIB por habitante, medido en paridad del 92%, porcentaje que subió hasta un máximo del 105% en 2007 y del 104% en 2008, pasando por un 100% en 2003. Finalmente, en 2015 entró con una posición relativa del 94% en 2015. Así, pues, entre los años 2003 y 2014 perdió 6 puntos y en los peores años de la crisis (2008-2014) perdió 10 puntos (un 9,6% respecto a lo que tenía en 2008).

Al final de 2008, las comunidades autónomas mejor posicionadas de España por su PIB por habitante, medido en paridad de poder adquisitivo con respecto a la media de la UE, fueron Madrid (136%), País Vasco (130%), Navarra (125%) y Cataluña (118%), que perdieron entre 10 y 12 puntos hasta finales de 2014, es decir, entre un 8% y un 9% respecto al valor inicial.
Por su parte, las autonomías peor posicionadas tenían un PIB por habitante, medido en paridad de poder adquisitivo con respecto a la media de la UE, del 87% en Canarias, 83% en Murcia, 82% en Castilla - La Mancha, 77% en Andalucía y 70% en Extremadura, comunidades que perdieron entre 8 y 10 puntos, es decir, entre un 10% y un 13% respecto al valor inicial.

¿Conclusión? Galicia aumentó su divergencia respecto a Europa y respecto a España y, en general, esto es algo que le ha ocurrido a todas las comunidades, siendo mayor cuanto peor posicionadas estaban. “Las desigualdades aumentaron y el camino de la convergencia es aún más difícil que antes de la crisis”, subraya el profesor de la Universidade de Vigo Jorge González Gurriarán.

Por si fuese poco, habría que considerar que el número de países de la UE aumentó, siendo los nuevos de baja renta, con lo que la media de referencia bajó, lo que debía facilitar más la convergencia o dulcificar la divergencia. Además, el número de habitantes de Galicia disminuyó, lo que, para un PIB constante, incrementa el PIB por habitante. En el caso de España es al revés, al haber aumentado la población. “En definitiva, esas circunstancias no suavizaron el incremento de la desigualdad y la divergencia respecto a la media de España o la media de la UE”, deduce el mencionado catedrático de Organización de Empresas.

“Aunque suena a tópico”, Jorge González Gurriarán señala que la indispensable mejora de la posición competitiva de Galicia requiere “más innovación” en el sentido más amplio de la palabra, “más creatividad, más diversificación y más internacionalización para atraer inversiones”, de modo que sea posible crear empleo, parar la sangría demográfica y, en general, tener más cultura para evitar que los visionarios populistas vengan a complicar aún más las cosas.

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