El pasado día 22, en el Liceo impartió su magistral conferencia el catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Juan Antonio Sagardoy Bengoechea. Confieso que acudí a la conferencia no sólo por tener el conocimiento de la sapiencia de Sagardoy en materia de legislación laboral. Se trata de un destacado jurisconsulto, a lo que tengo que añadir una razón personal. Conozco a Sagardoy desde hace muchos años, desde cuando él era el abogado jefe de los servicios jurídicos laborales de la empresa Dragados y Construcciones, en la cual he prestado servicios hasta mi jubilación.
A punto viene hacer un resumen de su trayectoria profesional. En 1980, se fundó el despacho "Sagardoy Abogados", líder en áreas tales como Derecho del Trabajo, Seguridad Social, pensiones, inmigración y recursos humanos en España. En tal despacho trabajan más de 50 abogados con dedicación exclusiva de asuntos jurídicos laborales en las materias antes indicadas, contando con sedes en Madrid, Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria, Oviedo, Sevilla y Vigo. En su historial profesional cabe destacar su intervención en la elaboración del proyecto técnico del Estatuto de los Trabajadores en tiempo de UCD. Fue director general del Instituto de Estudios Sociales.
Sagardoy, en su disertación, dijo: "Lo que es bueno para la empresa, es bueno para los trabajadores". Por otra parte, conocedor de que actualmente el problema principal del Gobierno es la elevada cifra de parados, suyas fueron también estas palabras: "Entre el pesimismo, la indiferencia o el optimismo, hay que apuntarse a éste, pues en nuestra historia tenemos ejemplos de heroicas remontadas". Sentencia ésta tan brillante como si proviniera de uno de los siete sabios de Grecia.
Atrás quedó su conferencia en A Coruña una vez entrado en vigor el Estatuto de los Trabajadores, conferencia en la que fue presentado por el catedrático de Derecho Civil, José Luis Meilán Gil, y a la que tuve que asistir por razón de mi empleo. Termino estas letras no lo acertadas que yo quisiera, pero sí como muestra de admiración a este destacado profesional, en el cual concurre la virtud de buena persona, sencillez y afabilidad.
