Opinión

El paraíso y la escoba

Por desgracia, para aumentar nuestro cabreo, nuestro malhumor, la prensa, con harta frecuencia a lo largo del año nos informa de que Ourense va a la cola de España en muchas facetas, es decir, que la palabra prosperidad no es el vocablo que nos define sino la postergación, provincia que no levanta cabeza, algo así como una cenicienta o una escoba.

Esto nos induce a pensar a los ourensanos que ya estamos metidos en edad otoñal o madura si los que gobernaron la ciudad practicaron el "Pancismo", lo que según los miembros de la Real Academia Española equivale a decir "tendencia o actitud de quienes acomodan su comportamiento a lo que creen más conveniente y menos arriesgado para su provecho y tranquilidad", lo que también se parece a decir "que miraron para o outro lado".

En esta larga andaina, ¿qué es lo que se ha dejado de herencia a nuestros jóvenes? La emigración, la maleta, un nuevo ambiente, nuevo idioma y toneladas de nostalgia y de morriña que habrán de superar con entereza para no caer en la "depre". Ourense cuenta con un alcalde y 26 concejales/las. Como cabezas pensantes -aparte del percibo de buenas retribuciones- ¿qué ideas aportan para Ourense? ¿Se han olvidado del verbo "discurrir" que entre otras acepciones equivale a inventar algo o reflexionar, pensar, hablar acerca de algo aplicando la inteligencia? Representar a una ciudad es algo más que en los "plenos" practicar con prioridad aquello de que vosotros lo hacéis casi todo mal y nosotros lo haríamos mejor.

Posiblemente alguno de mis lectores se preguntarán ¿qué tiene que ver todo lo que antecede con el título de estas líneas "el paraíso y la escoba"? Trataré de explicarme. Por prescripción facultativa hoy, día 20 hice un largo recorrido de diez kilómetros y pasé por los muelles del ferrocarril. Allí, al comienzo de una cuesta empinada, está un amplio letrero que dice: "Barrio do Paraíso", o sea, me dije, este barrio será un Edén (lugar ameno y delicioso). Porfín encontré algo alegre, edificante de mi querido Ourense, aunque tal vez lo de paraíso solamente tenga el nombre ¿Un pequeño lugar paradisíaco en Ourense? ¡Que ilusión, quien lo tuviera!...

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