Opinión

Aquarius

El mandato es claro: “Fui forastero y me hospedasteis”. Más allá de consideraciones políticas y legales, al leer la vida desde el Evangelio, uno va buscando al otro. #Aquarius es una llamada de Cristo a Europa”. 

Un tuit, rotundo; un jarro de agua fría en medio de un marasmo de hipocresía, algo parecido a la niebla extendida sobre los ojos de Europa. Nada nuevo. El tuit es de Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, máximo representante de la Iglesia católica en España. 

El mensaje no es gratuito, entre el populismo de una orilla y la otra, pero que no podría ser otro expresado desde quién practica un mensaje católico. A Osoro lo vimos hacerse obispo en Ourense, amable, próximo, uno celebra las líneas de su destino que las pensaba en la tangente. 

Un barco a la deriva, cargado de miserables que nadie quiere, no por nada, sino por pobres, cuando la pobreza hoy de Europa tiene matices. No es un gesto, y lo es, es humanidad. Con efectos colaterales sí, pero es lo mínimo que un mundo en declive debe hacer en un momento como éste. 

Uno de los discursos más luminosos que servidor ha escuchado en corto, éste de Carlos Osoro, en un tuit, con destinos demasiadas veces para la hipocresía y el ataque; otro, muy diferente, en la entrega de los premios Losada Diéguez, a Xosé Benito Reza, que recogía premio por su novela, quien apelaba a repoblar Galicia, de su desintegración como país -en términos demográficos-, con gallegos de aquí y de allí, apunto en libre. Muy de acuerdo.

El asunto de la inmigración es de los más graves que se nos viene encima, no admite buenismos, las personas no son plantas, que llegan un día y ya está; pues crecen, se socializan y hasta tienen hijos, en el mismo orden de derechos y deberes que sus otros conciudadanos. Es un asunto que necesita medidas responsables y conjuntas por parte de los paises miembros de la Comunidad Europea, pero qué hacer cuando el discurso se vuelve irreverente y xenófobo como única respuesta. 

Uno no cree que estemos preparados para integrar a todas estas personas, pero toca aprender. Cosas peores hemos visto.

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