Opinión

Agresiones

Qué le está pasando a nuestra sociedad y más en concreto a nuestros jóvenes? ¿Por qué se están sucediendo con frecuencia de un tiempo a esta parte agresiones y violencia, llámese ésta de género o doméstica? ¿Por qué estos ultrajes a la persona y los casos de violaciones a mujeres, con el lamentable agravante de producirse con muchachas muy jóvenes?

Estas cuestiones son las que ahora mismo se están suscitando a nivel social, hasta el punto que el propio papa Francisco, en su reciente discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, expresó su crítica ante la violencia contra las mujeres que se ejerce en las sociedades. "Ante el flagelo del abuso físico y psicológico causado a las mujeres, es urgente volver a encontrar formas de relaciones justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuos, en las que cada uno pueda expresar su identidad de manera auténtica", afirmó el pontífice.

No estamos hablando exclusivamente de agresiones o abusos propiciados entre adolescentes, que ya de por sí es también bastante preocupante, sino de que estos actos execrables tienen como dramáticos protagonistas agresores a jóvenes en edad considerada socialmente como adulta. 

Todo esto nos lleva a pensar, como en más de una ocasión hemos dejado de manifiesto, que algo está fallando en nuestra sociedad. Y ya no nos referimos a esa pérdida de valores, en pleno declive, sino a que algo tan fundamental como es al respeto, ya no ocupa ese lugar de preeminencia que corresponde dentro del comportamiento entre todos quienes conformamos eso que eufemísticamente se conoce como “tejido social”. Un tejido que ahora mismo está salpicado de jirones, manifiestamente desgarradores.

El que fuera Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, ve “preocupante” que “haya niños a los que no se les habla del amor, del querer, solo del poseer y a los que se da una explicación muy pornográfica de lo que es el cuerpo humano y la relación" y por eso advierte: “Tenemos que hablar de valores, de respeto a las personas de no animalizar al ser humano”.

Retomando las palabras del pontífice, es necesaria esa actitud de respeto y el primer lugar donde se aprende el significado de esta palabra, es en el seno familiar, de ahí la tremenda importancia, también sobre ello hemos hablado, de una sólida educación en el ámbito de la familia, como sostenía Platón, la importancia del aprendizaje de los niños cuando son más pequeños, “porque en esta edad su alma, aún tierna, recibe fácilmente todas las impresiones que se quieran”.

Cuántas veces se habla de esas personas que protagonizan comportamientos deleznables, argumentando que tuvieron traumas en la infancia que afectaron a su personalidad… Todo es subjetivo. Lo que está claro es que alguien correctamente educado en los valores sociales es obvio que conoce el significado de la palabra respeto y, por lo tanto, es menos proclive a que sea vulnerable ante las taras sociales.

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