Opinión

Coherencia

Una de las virtudes que se le pide a un político es que actúe con coherencia. Pero no sólo coherencia con sus principios programáticos e ideales que conforman la cultura de su opción política, sino que sea coherente en el ejercicio de su actividad pública. Y con ello queremos decir que cuando forma parte de una institución y asume por lo tanto funciones al servicio del ciudadano, tiene que obrar pensando en los intereses generales.

Y eso sucede cuando se adoptan ciertas decisiones que entran en confrontación con el sentir general, como por ejemplo está produciéndose en algunos ayuntamientos que promulgan ordenanzas o acuerdos que restringen la libertad de actuación de concejales en cuanto a su participación en actos religiosos. Y por eso queremos hacer referencia a la coherente decisión adoptada por el BNG que gobierna el Concello de Bueu, ante una propuesta del grupo ACB-SON Bueu y que pedía “promover a liberdade de conciencia e a non confesionalidade institucional do Concello de Bueu” y planteaba la supresión de toda simbología religiosa de los actos oficiales del Concello. 

La postura del grupo gobernante fue tajante, pues defendió que el alcalde y los concejales de la corporación acudiesen a actos religiosos y a las procesiones debido a su “repercusión social”. Y es así como hay que entenderlo, de ahí que resaltemos la coherencia de los nacionalistas.

Contrasta con lo sucedido hace unos meses en el Ayuntamiento de Huesca, que aprobó un nuevo reglamento de Protocolo y Ceremonial y para que la Corporación no asista a ningún acto que tenga carácter religioso y declinará las invitaciones que le puedan hacer, y tampoco organizará ni programará actos de carácter confesional. Sobre este particular, la Asociación Española de Protocolo dejó clara su postura oficial: “Impedir, de forma taxativa, la asistencia de miembros electos de las instituciones que conforman la administración pública, a actos y eventos convocados por entidades sociales, culturales, religiosas o de otro rango, iría en contra de los principios democráticos que ampara y defiende la Constitución Española”, y aboga por armonizar el respeto a las tradiciones y costumbres de cada sitio con la propia libertad de elección.

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